Barcelona
La campaña contra el PP se endurece con ataques vandálicos a sus sedes
Los populares piden poder desarrollar sus últimos días de campaña «con normalidad» y pide protección a la Policía.
Barcelona- La recta final de la campaña de las municipales no sólo está subiendo de temperatura, se está incluso saliendo de madre. El PP denunció ayer que ha sido víctima de varios ataques vandálicos en las últimas 48 horas. Su sede en el barrio de Gràcia apareció el lunes con las siglas del PP rodeadas por una diana y con una desagradable consigna: «Foteu el camp fills de puta (sic)». Todo ello acompañado del símbolo de Terra Lliure, el extinto grupo terrorista que perseguía la independencia de Cataluña.
El PP denunció que también sufrió ataques el pasado sábado, cuando dos de sus militantes fueron agredidas por un motorista que les arrojó botes de pintura roja mientras repartían propaganda en el distrito de Sant Martí. La lista de intimidaciones no acaba aquí, ya que un individuo «con estética skin» tumbó de una patada una mesa de reparto electoral del PP en la confluencia del paseo de Sant Joan con la calle Ausiàs March.
El candidato popular a la Alcaldía de Barcelona, Alberto Fernández, se mostró ayer «preocupado» por esta espiral vandálica y explicó que su partido ha presentado una denuncia ante la Policía por cada uno de los ataques que ha recibido.
Fernández, a continuación, reclamó a los agentes y fuerzas de seguridad que velen por la seguridad del PP para que su partido pueda hacer campaña «con normalidad y en libertad».
Lo cierto es que conforme se aproxima la fecha del 22-M, el día en que todos los ciudadanos están convocados a renovar sus ayuntamientos en las urnas, la campaña ha ido subiendo de tono en Cataluña. La confrontación estrictamente democrática se ha caracterizado en las últimas jornadas por el intento de todos los partidos, en especial de la izquierda catalana, por azuzar el voto del miedo al PP.
El pretexto para despertar al electorado «antiPP» han sido las propuestas de los populares en materia de inmigración. Pero el PP, lejos de dejarse amedrentar, se ha mostrado muy firme sosteniendo sus posturas, ya que son «las que recoge la ley». «Si alguien cree que voy a dar un pasa atrás, está muy equivocado», dijo el alcaldable del PP por Barcelona en un almuerzo-coloquio celebrado ayer en el Círculo Ecuestre. De hecho, Fernández auguró que «gobierne quien gobierne, tardará más o tardará menos, pero acabarán aplicando todos los principios que defendemos».
El candidato del PP no termina de comprender por qué ahora hay quien clama por su política de extranjería porque lleva «mucho tiempo defendiendo las mismas ideas». «Sólo hace falta mirar las actas municipales, tanto en el pleno como en la comisión», afirmó.
Los pactos del PP
Durante el coloquio también surgió el asunto de los pactos postelectorales, quizá la mayor incógnita de esta campaña. Fernández insistió, una vez más, en que no piensa llegar a ningún acuerdo con «los componentes del tripartito», pero también subrayó que cualquier tipo de entendimiento con CiU está supeditado a consensuar un modelo de ciudad más segura, con más empleo y con más atención social. Sólo así, dijo, es posible que haya complicidad.
Pero la cuestión no era sólo desvelar los socios preferentes, sino también averiguar si las elecciones generales pueden guardar alguna relación con las municipales en clave de pactos o si otros ayuntamientos como Badalona pueden acabar condicionando las alianzas. En este punto, el alcaldable popular se mostró tajante: «El futuro de Barcelona se decidirá sólo en Barcelona. Ni en Madrid, ni en Badalona, ni en la Diputación de Barcelona. Sólo aquí». A Fernández, de hecho, le parece un despropósito plantear algo distinto. «No he trabajado ocho años para hacer una cosa distinta a decidir aquí».
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