La resaca del pepino

Madrid- El cúmulo de despropósitos que acarrreó la «crisis del pepino» que estalló en mayo pasado es un continuo suma y sigue. Primero Alemania acusó a España injustificadamente de ser el origen de la crisis sanitaria que generó 49 muertos y 3.000 afectados al exportar pepinos contaminados con la bacteria E.coli, aunque luego se demostró que el origen más probable estaba en unas semillas de alhovas importadas de Egipto por una empresa alemana. Los perjuicios para España se cuantificaron en más de 200 millones de euros, a lo que hay que sumar la pérdida de puestos de trabajo, pero la UE sólo concedió a nuestro país 71 millones de los 227 que repartió entre todos los países afectados, lo que ocasionó un enorme malestar. Para rematar la crisis, Bruselas ha decidido multar a España por el retraso de la Administración en el pago de las ayudas por la crisis del pepino, lo que se ha entendido como un «doble castigo» para el agricultor.

Fecha límite: 15 de octubre
Fuentes comunitarias explicaron que cuando se tomó la decisión de compensar esos daños, los estados miembros se comprometieron a pagar a los productores entre finales de agosto y mediados de octubre. Así, España, el principal beneficiado por las ayudas, y también el más perjudicado por la crisis, había repartido el pasado 15 de octubre 47 millones de euros entre los agricultores que solicitaron indemnizaciones, el 66% de los 71 millones asignados, según el Ejecutivo comunitario.

No se conocen los motivos por los que España y, en concreto la Junta de Andalucía, la comunidad autónoma más afectada, o la de Extremadura han retrasado los pagos a los agricultores, aunque se baraja la hipótesis de que las peticiones de indemnización no se presentaron en el plazo previsto o que los agricultores no aportaron pruebas suficientes de las pérdidas reclamadas. De esta forma, todos los pagos a partir del 15 de octubre se consideran tardíos y serán penalizados en función del retraso. Así, la UE detraerá un 10% de la ayuda asignada a la Administración española de los pagos efectuados entre el mediados de noviembre y mediados de diciembre. A partir del 15 de diciembre se descontará un 25% y entre mediados del enero y febrero próximo sufrirán una multa del 50%.

Para José Ugarrio, técnico de frutas y hortalizas de la organización de agricultores Asaja, la situación que se ha generado no puede ser más «lamentable y dramática» porque «una vez más es el agricultor el que vuelve a pagar el pato de una manera injusta». En opinión de Ugarrio, la actuación de la Administración española en la gestión de las ayudas «ha sido de una torpeza enorme y ha generado una indefensión total entre los profesionales del sector».

Crisis en cadena
Lo peor es que la bacteria «asesina» no sólo hizo estragos en su momento, sino que también y ha traído ahora secuelas económicas impensables para los agricultores y también ha generado una crisis en cadena para otros productos hortofrutícolas españoles, que se han convertidos en víctimas directas de la E.coli. «Una vez que se pierde la confianza en el mercado, es muy difícil volver a recuperarla porque al consumidor le quedan dudas, y más cuando se trata de alimentos, así que después se han generado otras crisis en cadena, como la del melocotón, y más tarde cayeron los mercados para el melón, la sandía, la patata...», añade Ugarrio.

Para Manuel del Pino, responsable de Asaja en Granada, la segunda provincia andaluza más perjudicada por la «crisis del pepino», el responsable de que haya todavía un 30% de agricultores granadinos que no han recibido ayudas de ningún tipo es la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía. «Ha sido por falta de diligencia o tal vez porque no hicieron una previsión correcta de lo que tenían que pagar». En su opinión, el hecho de que un 20% de las peticiones de ayuda hayan sido denegadas en Granada tiene que ver con el hecho de que «la Junta no está dispuesta a pagar parte de las ayudas que la UE le ha retirado por no pagar a tiempo a los agricultores».

Graves pérdidas
Asaja ve «difícil» ahora que los afectados puedan cobrar las ayudas por tan brutales pérdidas. Aunque «si esto ocurriera, iríamos a los tribunales, porque todo lo que ha ocurrido es un despropósito». Por autonomías han abonado prácticamente la totalidad de las ayudas Castilla-La Mancha (100%), Cataluña (103,4 %), Canarias (98%), Castilla y León (100 %), Madrid (99,9%), Aragón (101%), Valencia (98,3%) y Navarra (99,7%). Sin embargo, Andalucía, la principal afectada, sólo el 59,5%, y Extremadura, el 56,5 %, según datos de la UE. El secretario de Agricultura de UPA, Ignacio Senovilla, recordó el «año durísimo» al que se ha enfrentado el campo. Por eso «es vergonzoso que se castigue a España».

«Después de demandar a los alemanes, no he visto ni una peseta»
«Es David contra Goliath», dice Antonio Lavao, gerente de Frunet. Lavao demandó a las autoridades de Hamburgo después de que esta empresa exportadora fuera acusada de causar la crisis alimentaria. «Fuimos sometidos a una auditoría pública y todo fue perfecto. Estamos a la espera de juicio», recuerda. Un proceso en el que Frunet exige una indemnización de 2,2 millones de euros. «Junto con la provincia de Almería, somos los primeros que fuimos acusados falsamente y sin pruebas», añade. Lavao recuerda que su empresa «no ha visto ni una peseta» de indemnización, pues en su día se acordó que las empresas particulares no recibirían ayudas. «¿La única ayuda? Nuestro trabajo», dice. Y es que, a día de hoy, «seguimos vivos, que no es poco».

¿Qué pasó
1.- ORIGEN
Sigue sin conocerse con certeza el foco de la bacteria. Según la UE, lo «más probable» es que pudo llegar a Europa gracias a unas semillas exportadas desde Egipto. Mientras, científicos de Berlín identificaron brotes de soja y alfalfa alemanes como origen de la cepa.
2.- VÍCTIMAS
El brote de Hasmburgo dejó cerca de medio centenar de muertes y unos 3.000 infectados. Sin embargo, la bacteria sigue cobrándose vidas. Un nuevo brote en Gales causó la muerte de dos bebés la semana pasada.
3.- CULPABLES
Las acusaciones infundadas contra el pepino español tenían una responsable: Cornelia Prüfer-Storcks, responsable de Sanidad de Hamburgo. No sólo no dimitió de su cargo, sino que nunca ha pedido perdón.