Detener el fuego de Tenerife llevará semanas

MADRID- Las llamas no ceden al esfuerzo incesante de bomberos, brigadistas y agentes forestales, que luchan sin descanso contra las llamas en Tenerife. Más de 15 horas seguidas de trabajo para intentar terminar con un incendio que ya ha arrasado 2.000 hectáreas y ha calcinado parte de un entorno único: el Parque Nacional del Teide. A pesar de que el Cabildo aseguró ayer que la situación en el monte había mejorado, lo cierto es que por la orografía de la zona –con extensos barrancos–, su extinción se ha convertido en un reto inalcanzable. «El fuego se nos ha hecho tan grande que no podemos controlarlo y todo lo deja calcinado», explican desde el foco del desastre. Las elevadas temperaturas –superiores a 40 grados– y la fuerza del viento permite que algunos fuegos latentes se reactiven con facilidad. El presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, es optimista en cuanto a que el fuego se estabilice en las próximas horas en la zona de Vilaflor, pero recordó que unas 140 personas han sido desalojadas de sus viviendas desde que comenzó el incendio. Del origen del incendio aún no se tiene ninguna pista ya que la investigación todavía no se ha puesto en marcha, aunque por la zona en la que se originó, cerca del municipio de Vilaflor, la hipótesis de una imprudencia en la quema de rastrojos es una de las más factibles. Al margen del incidente ecológico de Tenerife, el fuego en el municipio palmero de El Paso se dio por controlado ayer, después de que afectara a unas 900 hectáreas de superficie. Unas cien personas de varios núcleos poblaciones de la zona tuvieron que ser desalojadas el pasado lunes como medida de prevención ante la cercanía de las llamas.