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Un militar de EEUU acusado de 17 asesinatos podría enfrentarse a la pena de muerte
Las Fuerzas Armadas de EEUU han acusado hoy formalmente al sargento Robert Bales de 17 cargos de homicidio por la matanza de civiles perpetrada a las afueras de la base en la que estaba destinado en Afganistán, cerca de Kandahar, han informado hoy fuentes militares. Además, el jefe del Pentágono, Leon Panetta, reconoció que la pena de muerte era una posibilidad.
Bales, de 38 años, está desde la semana pasada aislado en prisión preventiva en la base estadounidense de Fort Lavenworth, en Kansas, donde le fueron leídos los cargos.
El sargento ha sido acusado además de seis cargos de intento de homicidio y otros seis de asalto, ha informado asimismo el canal de televisión MSNBC, que indicó que se trata de la imputación más grave a un soldado estadounidense por el asesinato de civiles durante los diez años de guerra en Afganistán.
La matanza tuvo lugar el pasado 11 de marzo en las cercanías de Kandahar cuando, supuestamente, Bales irrumpió en varias viviendas cercanas a su guarnición y mató a tiros a 17 civiles afganos, entre ellos varios niños.
El abogado de Bales, John Henry Browne, ha asegurado que su cliente no recuerda todo lo que pasó la noche de la matanza y se espera que en su defensa alegue al estrés postraumático como parte de su estrategia.
Bales cumplía su cuarta misión en el extranjero, era la primera en Afganistán pero había sido asignado a tres misiones, en Irak donde resultó herido en un pie y sufrió un traumatismo craneoencefálico.
Browne señaló este martes en una entrevista con el canal CBS que su cliente no ha confesado haber disparado y aseguró que tiene grandes lagunas sobre lo que sucedió la noche del 11 de marzo. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha dicho que su Gobierno investigará hasta las últimas consecuencias la matanza, que calificó de "vergonzosa e inaceptable".
Obama indicó la semana pasada que el Pentágono "no escatimará esfuerzos para llevar a cabo una investigación completa", para que "todo el rigor de la ley"caiga sobre "todo aquel que haya estado involucrado"en la matanza.
También afirmó que, pese a la masacre, que sucedió unas semanas después de que unos soldados estadounidenses quemaran, al parecer por error, ejemplares del Corán en Afganistán, lo que provocó una oleada de protestas, EEUU no piensa cambiar su estrategia y mantendrá el calendario de la retirada del país, que debe culminar en 2014.
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