América

Los Ángeles

Fergie: se venden besos por 61000 euros

La duquesa de York acumula deudas millonarias y sonrojos por sus salidas de tono. Tras el escándalo del soborno para facilitar a un empresario negocios con su ex, ahora se sabe que un jeque árabe quiso mantener relaciones con ella por 3 millones de euros.

La duquesa, durante el encuentro con el falso empresario
La duquesa, durante el encuentro con el falso empresariolarazon

Los británicos siempre han utilizado Estados Unidos como una clínica de tratamiento de rehabilitación después de haber protagonizado algún escándalo sonado en Gran Bretaña. Eso mismo es lo que ha debido de pensar Sarah Ferguson, que ha recalado en tierras americanas para poner distancia de por medio a las reacciones suscitadas en todo el planeta por las imágenes del soborno que aceptó la ex miembro de la Casa Real británica por parte de un supuesto empresario, que, muy a su pesar, resultó ser un periodista del «News of the world». Se trata de otro escándalo más en la vida de Fergie, que ha resultado ser una nueva excusa para los medios de comunicación mundiales y recordar otras salidas de tono a las que la ex duquesa de York parece ser adicta. Así, el programa «Inside Edition», con más de 20 años en antena, asegura que en 1996 la ex esposa del príncipe Andrés «vendió» un beso a un jeque árabe por 75.000 dólares (61.000 euros).

Sin identificarEn su momento, la cosa no llegó a más, y en un ataque de pudor rechazó la oferta de casi tres millones de euros por pasar la noche con él, según mantiene el otrora asesor de inversiones de Fergie. A pesar de que los periodistas neoyorquinos han buceado para poner nombre al pretendiente, hasta la fecha se desconoce su identidad. En cualquier caso, se trata de un ejemplo más de cómo la historia de Ferguson está salpicada de situaciones impredecibles.Después de estallar el escándalo sobre el cohecho, Fergie optó por desplazarse a Los Ángeles y Nueva York para promocionar una obra de literatura infantil en la Expo del libro de América, donde se mostró clara ante los periodistas: «Creo que se me dan mejor los niños que los adultos», señaló. Un mal trago que superó al bromear con un «debería aprender de los inteligentes personajes de los libros de mis hijos».

«Lo lamento»Aún no ha trascendido cuánto tiempo permanecerá en Estados Unidos, aunque cada día surgen más informaciones que hacen pensar que intentará mantenerse el mayor tiempo posible alejada de Londres. Lo que sí está confirmado es que el próximo martes se emitirá una entrevista grabada ayer, en la que la duquesa de York explicará a Oprah Winfrey su versión sobre el vídeo. ¿Cómo justificará esta vez las imágenes que muestran cómo ofrece a un reportero de «News of the world», que se hace pasar por un hombre de negocios, la oportunidad de acercarse a su ex esposo a cambio de, primero 40.000 dólares en efectivo y, después, 700.000 en una transferencia? De momento, la disculpa la imprimió en un comunicado: «Lamento profundamente esta situación. Es cierto que mi estado financiero es complicado. Sin embargo, no es excusa para este serio error de juicio y siento que esto haya sucedido. Pido, sinceramente, disculpas por mis acciones», concluyó la duquesa de York, que quiso aclarar que el hijo de Isabel II no estaba al tanto de lo ocurrido. Y hasta aquí llega por ahora, su último escándalo, carne de cañón de los tabloides británicos. Han pasado 24 años desde que la vimos por televisión llevar la tiara y ese gigantesco lazo a la espalda durante su boda con el segundo hijo de la reina de Inglaterra, cuarto en línea de sucesión al trono. Pero Fergie ha demostrado una vez más que no conoce límites cuando se trata de avergonzar a la Casa Real británica. Se casó en 1986 y se convirtió en duquesa de York, aunque los ingleses la apodaron duquesa de Pork (cerdo en inglés) debido a la redondez de su rostro y sus problemas de sobrepeso. Y, como las comparaciones son fatales, siempre perdía cuando la princesa Diana era su rival. En 1992 rompió su matrimonio y comenzó su carrera para poner en evidencia a los Windsor. Primero, la Prensa publicó unas fotografías durante unas vacaciones junto al millonario estadounidense Steve Wyatt. Después, otras más picantes en las que aparecía en «topless» cerca de Saint Tropez. ¿Lo mejor? No estaba sola, sino en compañía de su consejero financiero, John Bryan, mientras le besaba los pies. Años más tarde, en un ataque de lucidez, confesó a la Prensa estadounidense que «he cometido un sabotaje contra mí misma». Asimismo, su faceta caritativa también le ha supuesto algún que otro desmán, ya que en 2004 fue criticada por los periódicos británicos al desnudarse –eso sí, se quedó con los zapatos y las joyas– con el objetivo de recaudar fondos para la Fundación Elton John en su lucha contra el Sida. Y hace dos años, rodó un documental en un suburbio de Manchester que tampoco estuvo exento de polémica. Aquella vez todo fue bien hasta que no pronunció las mejores palabras sobre el lugar y enfureció a los vecinos, con quienes se tuvo que disculpar. Meses después volvió a meter la pata al visitar un orfanato de Turquía disfrazada con una peluca negra y un pañuelo sobre la cabeza. Grabó unas imágenes con una cámara oculta para realizar un reportaje en el que denunciaba las pésimas condiciones existentes en la casa estatal, que albergaba a 700 discapacitados. Consiguió que las autoridades turcas le respondieran con una petición de extradición después ser acusada de dañar la imagen del país y por filmar ilegalmente la película.

En números rojosSin embargo, algo que no se le puede reprochar a la duquesa de York es que no sea una mujer emprendedora. Además de escribir libros infantiles, intentó convertirse en presentadora de televisión, participó en la serie «Friends», así como en un «reality» americano. Proyectos que le han proporcionado un sustancioso capital que ha derrochado a manos llenas. Fergie acabó 1996 con 4,5 millones de deudas a costa de sus extravagantes diversiones y sus cortes de pelo de 230 dólares. Tres años más tarde, logró saldar sus impagos, que habían alcanzado los 7,1 millones de dólares, debido a su trabajo como representante de Weitght Watchers –recibía una nómina de 2,2 millones al año– y de la porcelana Wedgwood (7450.000 dólares). Pero en 2010 parece ser que vuelve a las andadas: hace unos meses hizo frente a tres impagos por valor de 30.000 dólares y, al poco tiempo, cerró con un millón de euros en pérdidas, la empresa de promociones que tenía en Nueva York con su amigo Todd Morley. Ahora intentará recuperar popularidad y mejorar su cuenta corriente participando en el «Mira quién baila» norteamericano. ¿Lo logrará?

«No tengo un penique» - A los británicos nunca les gustó Fergie, siempre la vieron como alguien demasiado vulgar, extrovertida y extremadamente manirrota. Una figura totalmente opuesta a la adorada Diana. - En el vídeo que acaba de aparecer, la duquesa de York le confiesa su situación al falso empresario: «Diana se llevó 20 millones de libras (unos 28 millones de dólares), y yo vivo con 15.000 libras al año (21.600 dólares). Por eso la Reina es mi amiga. Porque no me llevé nada de la familia. Tengo el corazón muy grande, pero no tengo un penique», admite.- En este encuentro la ex mujer del príncipe Andrés asegura que «él sabe que tiene que mantenerme porque no tengo dinero. Si usted quiere conocerle para su negocio, cuide de mí y él cuidará de usted». - Es verdad que nunca luchó por un divorcio millonario, como sí lo hizo la princesa Diana. Su relación con Andrés siempre ha sido muy buena. De hecho, vive todavía en el Royal Lodge del castillo de Windsor junto a sus hijas. En las vacaciones de verano han alquilado juntos una casa en Sotogrande (Cádiz), donde disfrutan dos semanas con sus hijas Beatriz y Eugenia. Pero, de momento, todavía no se sabe dónde van a pasar este verano. - Cuando se arruinó pidió ayuda a su ex suegra, ésta le sugirió que no gastara tanto, algo a lo que ella no estaba dispuesta a renunciar.