Vacaciones
Tumbonas al borde del río
Descansar en una tumbona mientras se toma el sol en bañador es uno de los privilegios del verano. Hasta el momento, esa ventaja sólo se podía disfrutar en las piscinas públicas. Ahora es posible gracias a la playa urbana con chiringuito recién inaugurado de la capital. Ayer, a las 11:00 horas abrió sus puertas el primer café-bar que forma parte de Madrid Río. Este local, adjudicado a Casa Remigio S.L., se caracteriza por estar en el corazón del Parque La Arganzuela, en primera línea de «playa». Por ello, además de los servicios propios de un chiringuito también se encargará de gestionar el alquiler de las 65 tumbonas que se sitúan alrededor de los tres recintos acuáticos, por un precio de 1 euro sin límite de tiempo hasta la hora del cierre –de 10 a 21 de la noche, cuando se esconde el sol–. Madrid Río Café consta de dos edificios: uno de ellos convertido en almacén y en cuarto de basuras; y el que conforma la barra, a cuyos extremos se localizan tres baños y un almacén más pequeño. Los baños, uno para personas con movilidad reducida, son de uso público, pero no exclusivo para los clientes del bar, sino para todos los usuarios del parque. Por la noche se cerrarán y un policía municipal vigilará las inmediaciones para mayor seguridad. Este chiringuito tendrá el horario normal de las terrazas, desde las 10:00 horas hasta la 01:00, y una hora más tarde los viernes, sábados y vísperas de festivo. En principio, han instalado pocas hamacas, pero se irá ampliando la cantidad según vaya aumentando su demanda. De la misma forma, Juan Ramos y su socio Luis Cabrera, adjudicatarios del bar, tienen en principio una plantilla de 12 personas, entre los que se incluyen camareros y un hamaquero. «Con suerte, esperamos doblar la plantilla», aseguró Ramos. En su estreno tuvo muy buena acogida de la gente ya que en media hora se llenó la terraza. El bar sirve bebidas, bocadillos, pizzas, tostas y ensaladas y dispone de un puesto de helados colindante al edificio. El uso de las hamacas no implica un mínimo de consumición porque, como confirmó Ramos, «el servicio de tumbonas es totalmente independiente del bar». Desde sus inicios, este proyecto tuvo como prioridad respetar el medio ambiente sin perder la calidad, y un ejemplo de ello es que el bar tiene instalados cuatro depósitos que absorven mil litros de cerveza, para abastecerlo durante una semana y evitar que los camiones entren en el parque continuamente para entregar los barriles de cerveza. El bar abrirá obligatoriamente 6 meses, desde marzo a octubre, aunque también podrá disfrutarse en invierno, porque sus dueños instalarán unas estufas «setas» para combatir el frío. Además, aunque desde la tumbona no se puede pedir la comida ni consumición, «aquí se lo envasamos para tomarlo allí si lo desean».
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