Cataluña

El debutante Marçal Forés sorprende al público de Sitges con «Animals»

El director barcelonés Marçal Forés ha sorprendido al público de Sitges con su ópera prima, "Animals", un filme protagonizado por un adolescente, interpretado por el joven Oriol Pla, que tiene como mejor amigo y confidente a un osito de peluche, que piensa, se mueve y se expresa sólo en inglés.

En un encuentro con sus seguidores, Forés, otro "hijo"de la Escuela de Cine y Audiovisuales de Cataluña (ESCAC), ha reconocido que cada espectador puede interpretar su propuesta fílmica como lo desee, aunque en este caso lo que le interesaba tratar era "la trayectoria de un chaval, Pol, que se hace mayor y toda la farsa que puede esconder el paso a la madurez".


Influenciado por el manga, la música y el cine "indie"norteamericano, el cineasta cree que ha conseguido una película "peculiar", en la que el público es mejor que no se haga "demasiadas preguntas".


Incluida en la sección oficial "Fantastic Gales", en "Animals", en la que constantemente se mezcla el catalán con el inglés, Forés construye un singular universo con un pantano, unos bosques y un instituto británico, que permitirá vislumbrar las relaciones que tiene con su entorno el joven protagonista, que vive en una gran casa junto a un hermano mosso d'esquadra.


Forés, reconocido anteriormente por sus cortos "Yeah Yeah Yeah"y "Friends Forever", considera que ha explorado la llegada a la edad adulta "más que como algo beneficioso, como una pérdida de la pureza".


Película llena de simbolismos y golpes de tuerca en el guión -especialmente a raíz de una fiesta de Halloween en el instituto-, es también como un puzzle de espacios y tiempos, en el que no se alude a ninguna ciudad en concreto y a ninguna época.


Aunque los actores protagonistas son todos muy jóvenes, también llama la atención la presencia, como uno de los profesores, del británico Martin Freeman, conocido en los últimos tiempos por su interpretación de Watson en la teleserie "Sherlock".


Tanto Forés como Oriol Pla destacan de él su profesionalidad y su experiencia, así como el convencimiento que mostró desde el minuto cero por este proyecto. Pla considera que los tres meses en los que participó en el proyecto fueron como "un viaje total", en el que tanto disfrutó como sufrió, y pone de ejemplo que una de las escenas, en un puente encima del pantano, la estuvieron rodando toda una noche en pleno mes de noviembre a muy bajas temperaturas, descalzo y vestido sólo con un pijama.