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Jesús Millán: «Siento que me dejo cosas por enseñar»

Maño, afincado en Colmenar Viejo, Jesús Millán hace mañana, de grana y oro, su último paseíllo y en su Zaragoza natal.

La Razón
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–Despedida en casa y en el Pilar, el adiós no podía ser más especial.
–Imagínese, hice mi primer paseíllo en La Misericordia y aquí parece que haré el último. Será emocionante y bonito, pero también cargado de responsabilidad y de ilusión. Es el aniversario de mi doctorado y, curiosamente, lo siento como una alternativa al revés.

–¿Qué deberá suceder mañana para que Jesús Millán se suba después de la corrida a la furgoneta lleno por dentro?
–Tener una despedida bonita con un triunfo, voy a luchar por ello. Quiero que la gente salga satisfecha de tener a un torero de la tierra a gran nivel. Es la prioridad para cerrar mi trayectoria.

–¿Ha sido la temporada de despedida que esperaba?
–No, sólo he toreado la tarde de los "Palha"en San Isidro. Pero, ya no es recapacitar sobre este año sino en mi evolución. Por eso, he vivido todo el año madurando esta retirada, no daba el paso definitivo tampoco, pero analizando como están las cosas... La conclusión es que quizás tanto sacrificio e inquietud no merecen la pena.

–Abonado a las divisas duras, tampoco era fácil conseguir el éxito.
–Desde luego, todo es más complicado. Si triunfas en Madrid con una de Miura, tú recompensa es repetir con otra de Miura y si no triunfas, ni te ponen. Sinceramente, nunca me he visto como un torero perenne en ese tipo de hierros, aunque luego haya demostrado que estoy capacitado para ello. Siento que me dejo cosas dentro que no he podido enseñar, pero claro hacerlo delante de ese tipo de toro… A veces tienes ganas de morirte, pero no siempre.

–¿Es un adiós definitivo?
–Buscaré que sea para siempre, pero veo a compañeros que después de colgar los trastos han vuelto, así que no me atrevo a asegurarlo.