Estreno

«Siempre feliz»: Historia que agoniza

Director: Anne Sewitsky. Guión: Ragnhild Tronvoll. Intérpretes: A. Kittelsen, J. Rafaelsen, M. Saerens, H. Rafaelsen.Noruega, 2010. Duración: 88 minutos. Comedia dramática.

«Siempre feliz»: Historia que agoniza
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El título es irónico: las dos parejas de «Siempre feliz» no tardan en revelar que su vida en común es un paño de lágrimas. Los nuevos vecinos de Kaja y Eirik se instalan en un desolado pueblo noruego para huir del fantasma del adulterio, pero, lejos de encontrar un refugio, se encontrarán con su imagen especular en un matrimonio que ha decidido sepultar sus diferencias irreconciliables bajo la nieve del silencio y la humillación. En un primer momento parece que Maja, profesora de instituto huérfana que vive en un limbo de negación, será la protagonista de la película, pero la directora Anne Sewitsky decide dispersar su atención cruzando la necesidad de afecto de todos los personajes con la frustración de su deseo, y la violencia que genera en los que quieren llevar las riendas de sus relaciones.

El verdadero problema de «Siempre feliz» es que no sabe lo que quiere contar. Añaden capas a la débil trama principal un cuarteto de cantantes a «capella», que irrumpen en el relato para subrayar los procesos emocionales de los personajes, y un desvío argumental que coquetea con el «bullying», y que Sewitsky utiliza para explicar que la crueldad psicológica es hereditaria. Son capas inútiles, epidérmicas, que no saben aportar entidad dramática a un conflicto que no cuaja. Da la impresión de que Sewitsky no tenía material suficiente para un largo y prolonga innecesariamente la agonía de una historia que lleva tatuado su final en la frente. Ni siquiera los flirteos con la comedia matrimonial o el vodevil enfermizo funcionan, porque no casan en un tono ya de por sí muy indeciso.