Sonrisas y lágrimas

Rubalcaba y Chacón se van a pasar todo un mes sonriendo. Ya lo hicieron en el Comité Federal del pasado domingo para salir en la foto mientras afilaban las navajas por debajo de la mesa. Los dos ex ministros de Zapatero sonríen mientras buena parte de los españoles lloran por la falta de trabajo y los enormes sacrificios que habrá que hacer para intentar remontar la situación de ruina en la que nos han sumido, entre otros, estos dos simpáticos contrincantes. Sonrisas de quienes se han asegurado su futuro tras dejar a cinco millones de conciudadanos con una mano delante y otra detrás. ¿A quién le importa ahora mismo la pelea interna por el control del PSOE cuando por lo que tienen que pelear la mayoría de los ciudadanos de este país es por llegar a fin de mes? Si Rubalcaba es el pasado, Chacón también. Los dos han sido fieles escuderos de la política desastrosa que ha obligado al nuevo Gobierno de Mariano Rajoy a tomar decisiones duras e impopulares en apenas quince días. Medidas que a casi nadie gustan pero que casi todos comprenden. Hoy, después de anunciar una subida de impuestos más que notable, y tijeretazos a diestro y siniestro, el PP ganaría las elecciones sacándole dos puntos más de ventaja al PSOE con respecto al 20 de noviembre según la encuesta de un diario que no se caracteriza, precisamente, por apoyar el proyecto de los populares. Y es que la gente sabe que los sacrificios de hoy no son otra cosa que la consecuencia de los disparates que apoyaron estos dos sonrientes personajes que, cada uno a su manera, intentan ahora separarse de su pasado más inmediato. Carme se ha ido a Almería para añadirle la N a su nombre de pila. Atrás se queda el tripartito y su fracaso electoral encabezando la lista del PSC al Congreso. La verdad es que Rubalcaba en esto de marcar distancias ha sido un poco más pudoroso. Debe ser cosa de los asesores de imagen.