Argentina
Mucha Alemania
Fulminó a Argentina con la misma contundencia que a Inglaterra / Duro final para el sueño de Maradona
A la selección argentina la atropelló el mismo camión que hace unos días mandó a casa a la Inglaterra de Capello. Alemania ha encontrado la fórmula ideal y la ejecuta con una exactitud que asusta. La contundencia es el otro ingrediente principal de los germanos que, con Brasil camino del aeropuerto, pasan a ser uno de los grandes favoritos. El bloque de Löw va acelerando con el paso de los partidos y no pierde el tiempo en preguntar; golpea directamente. La nueva versión germana combina algunos de sus valores históricos con la finura de jugadores como Özil, capaz de elegir a qué ritmo y por qué camino tienen que avanzar las jugadas de su equipo. El mediapunta de origen turco no fue el mejor alemán ante Argentina, porque ese título se lo ganó sin discusión Schweinsteiger. Como le sucede a Klose, el centrocampista del Bayern juega mejor cuando lleva en el pecho el escudo de su país. La jugada del cuarto gol, en la que regateó a tres rivales antes de llegar a la línea de fondo y dar el pase definitivo, fue el capricho que se permitió después de haberse dedicado el resto del tiempo a dinamitar a su oponente desde el mediocentro. Él y Khedira explotaron al máximo la decisión de Maradona de dejar a Mascherano solo ante el peligro, con dos interiores al lado sin costumbre de trabajar. Maxi ya no es Maxi, mientras que el instinto de Di María es el de un atacante, no el de sacrificarse y echar una mano a «Masche».Los cinco delanteros que propone Diego en su pizarra asustaron a Corea del Sur, a Grecia y a México, pero a los alemanes no les hicieron ni cosquillas. Sobraba gente esperando un balón que nunca llegaba cerca de la portería de Neuer, y faltaban «manos» atrás para contener los arreones germanos. La primera media hora del equipo de Löw es para que el resto de semifinalistas se ponga a temblar. Intensidad, energía, toque, fluidez y ocasiones son palabras que pueden resumir la puesta en escena alemana en los cuartos de final. Cuando Argentina quiso darse cuenta de la importancia del partido ya perdía uno a cero y Romero había visto de cerca la posibilidad del segundo. Müller cabeceó fácilmente una falta desde la izquierda, que sorprendió al portero albiceleste. Klose pudo acertar antes de que el enemigo se entonase, pero desaprovechó una buena jugada de Müller rematando por encima de la portería. Un lujo demasiado caro para un delantero que aspira a ser el máximo artillero de la historia de los Mundiales, así que lo compensó con el tanto de la sentencia y después con el que cerraba la goleada. En mitad del buen comienzo y de la traca final alemana, apareció tímidamente Argentina, perdida, sin una idea de juego que fuera más allá de dársela a Messi o Tévez para que hiciesen la «jugada del siglo». Con el centro del campo perdido, la esperanza suramericana se limitaba a una aparición individual que nunca llegó. Al final entró Pastore, ya era tarde. Él es el futuro, su Mundial será el de Brasil 2014.
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