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Manhattan en Chueca
Muñiz y Jaimote crearon La Turba para trasladar su casa a un local de copas y dejar tranquilos a sus vecinos. El «garito» se les llenó y así ampliaron su cartera de amigosPARA NO PERDERSEDónde: Conde de Xiquena, 3 Precio: copas de 9 a 15 euros.
Ésta es la historia de un asturiano y un abulense que llegaron a Madrid y decidieron quedarse para siempre. Eran dos tipos muy sociables y siempre tenían su casa llena de gente, con 20 o 30 personas a cenar casi a diario, y, claro, llegó un momento en que mantener a gusto la barriga de sus amistades no les salía rentable. «Es que ellos luego nunca devolvían la invitación», bromea Javier Muñiz. Ésta sería más o menos la génesis de La Turba, un local de aire cosmopolita con un toque retro: conservan en la fachada un mosaico original de finales del XIX con la leyenda Hijos de Vicente Rubio, almacenista de combustibles desde 1870.
Los 170 metros cuadrados del interior, aunque sirven cocina casera –hay menús del día a 14 euros–, están pensados para la noche. La decoración también es moderna, como en la casa de los socios. Iluminación tenue, matizada con el color rojo de una escultura de luz de María José Gutiérrez, esculturas de un escaparate de Loewe y tonos ocres crean un espacio perfecto para la «primera copa» que, según Muñiz, es como la clientela – «de 25 para arriba y de clase media, no hay mucho pijerío»–, les tiene encasillados.
Pero ¿qué tiene este sitio que le deiferencie de otros modernos locales de Chueca? Muñiz lo tiene claro: la música. Aquí entra en escena la otra media naranja de La Turba, Dj Jaimote Island, que fue «bautizado» por su amigo Rafael Amargo en un encontronazo con unos turistas suecos tras una noche de juerga. Jaime es quien va hilando el ambiente de la mañana a la noche. Es muy «versionero» y además se deja querer. Por eso, y porque estos chicos tienen por amigos a tantas caras conocidas, no es raro encontrarse un día pinchando en La Turba a Laura Ponte. Pero a Jaimote no le hacen falta famosos, él solito es capaz de crear expectación musical; es lo que lleva haciendo cuatro años y medio y no se le ha dado nada mal.