Contador hace esperar al Tour

 Será después cuando su cuerpo le diga si está preparado para volver a ganar el Tour. Alberto sólo corre para ganar. Para igualar a Indurain con su próximo triunfo en una gran vuelta. Para seguir devorando mitos más adelante. Contador quiere olvidarse de las circunstancias que condicionan su futuro, de la decisión del TAS sobre el positivo por clembuterol. De las posibles sanciones que puedan llegar después. Ahora sólo piensa en disfrutar de su éxito y en alimentar un palmarés que lo emparenta con los más grandes de la historia. Con mucho esfuerzo, como ha hecho hasta ahora. «Parece muy fácil, pero hay muchas horas de sacrificio y muchas horas de entrenamiento detrás de esto», asume.

Para eso, intenta que su rutina habitual no se vea alterada. «Eso lo llevan mis abogados», dice cuando se le pregunta por el TAS entre besos y abrazos recibidos en su pueblo, en Pinto, que nunca ha dejado de creer en él ni de apoyarlo. Por eso se fue ayer con ellos, con sus vecinos, a celebrar su segunda victoria en el Giro. Una rutina más de la que Alberto no se cansa. Y los ciudadanos de Pinto, menos, orgullosos de tener al mejor ciclista del mundo. Primero saludó a Pinto desde el balcón del Ayuntamiento. Después, recorrió sus calles en un descapotable. «Siempre te emociona que en tu pueblo te reciban así y se me sigue poniendo la piel de gallina», reconoce.

Antes de llegar a Pinto tuvo que cumplir con otra costumbre, la de visitar la sede de la Comunidad en la Casa de Correos. «Gracias por hacernos felices», fue la felicitación de Esperanza Aguirre, que después se vistió con la «maglia» rosa que le regaló el campeón. Esta vez la presidenta de la Comunidad no le cantó el himno como hace dos años cuando después de ganar el Tour sonó el himno danés en los Campos Elíseos. «Tu palmarés ya es impresionante, pero te deseamos más éxitos», le dijo. En París o en Madrid.