Estados Unidos
El pelotazo de las cajas
Ni todo en la vida se puede politizar, ni siempre se puede estar politizando con las mismas cosas. En Andalucía se había llegado a un extremo en el que hasta los «ceda el paso» de las carreteras tenían ideología, de manera que muchas veces nadie pensaba al ponerlos en lo mejor para la circulación ni en generar una conducción más eficiente, sino en posicionarse a favor de la política de su partido o en su estrategia de rotondas. Y algo así ha venido ocurriendo con el tema de las cajas, donde si el PSOE decía «A», el PP decía «B», o viceversa, para al final no llegar nunca a ningún acuerdo ni obtener ningún beneficio. Por primera vez las circunstancias de todo eso han cambiado y más allá del mangoneo habitual al que la Junta las ha venido sometiendo (y tampoco eso admite discusión ni ideología), hoy existen al menos tres razones que obligan a buscar un entendimiento y a modificar la posición que se ha mantenido sobre ellas: la primera es que quien ahora obliga a que se fusionen y a remodelar el mapa financiero español es el propio Banco de España; la segunda es que como consecuencia de esa inmediata remodelación no habrá más remedio que conseguir tamaño, solvencia y eficacia para seguir siendo competitivos entre el resto de entidades; y la tercera es que el consenso para la fusión de las cajas andaluzas será el menos politizado de todos los habidos porque es probable que el PP sea quien gobierne tras las próximas elecciones. O sea, que si al PSOE le interesa fusionar las cajas, también al PP podría interesarle que estuvieran fusionadas para cuando hipotéticamente gobierne.Por primera vez, el consenso no es, en esta ocasión, un asunto partidista sino de interés general y por primera vez, afortunadamente, así parece que lo han entendido los partidos políticos en beneficio de una protagonismo financiero que hasta ahora no ha venido disfrutando Andalucía. Sospecho que cuando Charlie Wilson dijo en 1955 aquello de que lo que era bueno para la General Motors era bueno para Estados Unidos, sobre todo pensaba en la cuenta de resultados de la General Motors y en su balanza comercial, lo que casi nunca es coincidente con el beneficio de la mayoría. Ahora, más bien, se trata de lo contrario, de pensar que lo que es bueno para Andalucía debe serlo para Unicaja, Cajagranada y Cajasol y que su fusión consensuada políticamente podría ser un pelotazo colectivo lo que, lo mismo que los «ceda el paso» y ahora que estamos en un mundial, tampoco tiene ideología.
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