Asia

Manila

Los comicios se celebrarán entre sospechas de fraude en Filipinas

Las elecciones generales que se celebrarán en Filipinas el próximo lunes vuelven a estar empañadas por las sospechas de compra de votos, pese a las promesas del Gobierno y la Comisión Electoral.

A sus 73 años, "Erap"-como es conocido popularmente por los filipinos- ha superado todos los obstáculos y marcha segundo en las encuestas para las elecciones presidenciales, superado únicamente por Benigno "Noynoy"Aquino, favorito en todos los sondeos.

El veterano ex actor de películas de acción se encuentra ahora ante el papel más difícil y quizá último de su prolífica carrera: convencer a la población para que vuelva a confiar en él pese a los escándalos de corrupción que salpicaron su mandato, pues se considera el único candidato capaz de hablar con la misma voz que los más necesitados.

Su gran apoyo se encuentra precisamente en las masas de pobres, que le perdonan todos sus excesos porque ven en "Erap"al mismo tipo duro pero con un gran corazón que interpretaba en casi todos sus filmes.

Conocido bebedor, mujeriego y adicto al juego, Estrada llegó a la política nacional desde la alcaldía del municipio manileño de San Juan, y luego pasó a ser senador y, en 1992, vicepresidente de Fidel Ramos.

Tras arrasar en las urnas en 1998, Estrada pronto se dio cuenta de que interpretar el rol de presidente era un reto difícil, aún más cuando recibió un país con una economía delicada por la crisis financiera asiática, que había estallado el año anterior.

Se sucedieron las denuncias de malversación de fondos públicos, amiguismo y regalos a sus múltiples amantes hasta que en enero de 2001, una revuelta popular volvió a llenar las calles de Manila y le expulsó del Palacio de Malacañang sin esperar a que concluyera el proceso de destitución abierto en el Senado.

La movilización callejera, similar a la que derrocó en 1986 al dictador Ferdinand Marcos, fue apoyada por la Iglesia, que censuraba los múltiples vicios de "Erap", y la elite económica tradicional, que había perdido sus privilegios frente a un reducido grupo de empresarios de origen chino que formaban el "gabinete de medianoche"del presidente, a quien no le gustaba mucho madrugar.

Estrada fue detenido y pasó casi siete años privado de libertad hasta que en 2007 fue condenado a cadena perpetua por corrupción, una sentencia que jamás cumplió pues a los pocos días le indultó su sucesora y actual presidenta, Gloria Macapagal Arroyo.

Según el Gobierno filipino, el perdón estaba condicionado a que "Erap"renunciara a sus aspiraciones políticas, pero a finales de 2009 anunció su candidatura.

Estrada comenzó la campaña sin apenas fondos y sin que los medios le prestaran atención, pero en la recta final ha sorprendido a todos al colocarse segundo en los sondeos por delante del senador Manny Villar, uno de los grandes favoritos.

Tan seguro está de sus posibilidades que cuando volvió a visitar Malacañang, la residencia de los jefes de Estado, declaró a la prensa que "el destino"le devolverá allí, habían pasado nueve años.

Siempre con su bigote, gafas oscuras, tupé y muñequera, el rechoncho ex presidente es uno de los personajes más pintorescos de Filipinas, un país que elige a sus gobernantes por su popularidad más que por el contenido de su mensaje político.

Junto a Estrada, entre los aspirantes menores a la presidencia destacan el ex ministro de Defensa Gilberto Teodoro y el senador Richard Gordon.

Según los analistas, Teodoro -primo carnal de "Noynoy"- tiene todas las cualidades para el puesto pero el gran lastre de haber sido miembro del Gobierno de Arroyo y siempre ha estado descolgado en los sondeos.

Gordon, presidente de la Cruz Roja de Filipinas, llevaba años preparando su asalto presidencial bajo una plataforma populista que se inspiró en la película "Transformas"para la caravana electoral.