La recuperación económica
Galo Chiriboga: «Hacen falta nuevas políticas de integración»
Llegó a España avalado por su trabajo como abogado y por su trayectoria política al frente de los ministerios de Minas y Petróleos, Trabajo y Gobierno. Hace apenas un año y medio presentó sus cartas credenciales y no ha parado. Y el trabajo está dando sus frutos.
– ¿Qué balance hace de su gestión en estos 17 meses?
–Hemos logrado profundizar las relaciones con España. Fruto de esta relación ha sido el convenio electoral para que los ecuatorianos puedan votar en España y los españoles puedan hacer lo mismo en Ecuador. Hoy tenemos un reto muy importantísimo porque 168.639 ecuatorianos participarán en las elecciones españolas. Nos hubiera gustado que hubieran sido muchos más, pero las fechas elegidas para que se inscribieran en el registro fueron muy malas. Además, ha habido mucho desconocimiento en los Ayuntamientos, que han exigido muchos requisitos para el empadronamiento, lo que impedirá a muchos ejercer su derecho. A pesar de todo, el voto de los ecuatorianos va a ser decisivo en algunas comunidades.
–¿Qué otros avances se han producido con el Estado español?
–Hemos firmado un convenio con la Seguridad Social para que los ecuatorianos que hayan cotizado puedan «portar» sus derechos cuando regresen a casa. Todas las aportaciones van a ser computadas, lo que se traducirá en temas como la jubilación o los servicios médicos. En el terreno económico, apoyamos la inversión ecuatoriana en España y establecemos lazos empresariales.
–La crisis ha provocado el regreso de muchos ecuatorianos...
–El empeoramiento de las condiciones económicas ha reducido nuestra presencia y hemos pasado de 400.000 a 360.000, lo que se traduce en que casi un diez por ciento ha decidido regresar a casa. Además, nos hemos encontrado con un problema añadido. Las primeras generaciones se integraron muy bien, pero las segundas tienen serias dificultades. El Gobierno debería instrumentar políticas para mejorar esto.
–También ha habido un notable descenso en las llegadas.
–Primero porque salieron de Ecuador en plena crisis financiera, las expectativas eran desalentadoras. Hoy las cosas han cambiado. Tenemos un sistema económico sólido y la inestabilidad no es la misma. Las condiciones macroeconómicas y políticas son diferentes. El país avanza a pasos sostenidos, con una sociedad más moderna, incluyente, democrática, progresista...
–La emigración no deja de ser un drama...
–Tiene costos muy altos. La mano de obra formada que se marcha deja un vacío muy complejo de cubrir. Otro elemento importante es la desestructuración de las familias. Es un proceso muy doloroso que deja huellas difíciles de borrar, que deja a hijos abandonados y familias destruidas.
–¿Qué supone para su país el retorno de tantos compatriotas?
–Muchas cosas. Llega una comunidad imbuida en los valores democráticos aprendidos en este país y pueden aportar mucho a la cultura, la política y el mundo empresarial de Ecuador. Los ecuatorianos regresan muy agradecidos con España.
– Al grave problema del desempleo se une ahora la catástrofes que están viviendo los ecuatorianos de Lorca...
–La crisis de la construcción ha afectado mucho a nuestro colectivo, pero la tragedia de Lorca nos puede abrir nuevas alternativas de trabajo en las tareas de reconstrucción. Además, hemos resuelto el problema del empadronamiento allí con el establecimiento de un consulado móvil, que vamos a mantener hasta comienzos del próximo año.
Incansable labor
El hecho de que España cuente con más de 360.000 ecuatorianos, hace que el cargo de embajador sea de vital importancia para un país hermano. De ahí la incansable labor que tiene entre manos Galo Chiriboga, que se perfila además como el principal candidato para convertirse en el nuevo fiscal del Estado de Ecuador.
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