Autopistas
Prohibir y Prohibir
El lema del Gobierno son las prohibiciones. Una tras otra se acumulan con sorprendente perseverancia. Han conseguido enfadar a todo el mundo. A golpe de ocurrencia surgen normas del consejo de ministros que concitan, cada una de ellas, el rechazo de una buena parte de la sociedad. La última es tan increíble que no me la podía creer. Ahora quieren que circulemos a 110 kilómetros por hora. La excusa es que quieren ahorrar energía, pero tengo la impresión de que hay un desaforado afán recaudatorio por la vía de las multas. La actual limitación de velocidad siempre me ha parecido un despropósito, porque el mayor peligro en las carreteras no viene de la velocidad sino de los conductores borrachos o drogados. Por ejemplo, no creo que nadie me pueda convencer de que no sea seguro ir a 140 o incluso a 160 kilómetros en una autopista de tres carriles. Los españoles sufrimos el afán prohibicionista de un Gobierno ineficaz, que sólo busca medidas efectistas para recaudar dinero o remontar en las encuestas.
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