Literatura

España

«Hace un año me operaron a corazón abierto»

Manuel Cerdán es un histórico del periodismo. Sus investigaciones sobre el caso GAL y ETA crearon admiración en los lectores y zozobra en los gobiernos. Sus libros sobre el mítico «Lobo», el primer agente infiltrado en la banda terrorista, o sobre Paesa, nos mostraron cómo actuaban los servicios secretos españoles. El pasado día tres salió a la venta su primera novela «El informe Jano», un relato apasionante en el que la realidad y la ficción se confunden.

«Hace un año me operaron a corazón abierto»
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QMuchos años de profesión, bastantes libros escritos, pero ésta es su primera novela. ¿Por qué ha tardado tanto?
 -Porque el periodista está acostumbrado a escribir sobre hechos reales y la ficción le cuesta más trabajo. Aunque he de decir que en esta novela la realidad y la ficción van de la mano.
-¿Qué es mitad real y mitad inventada?
-Hay mucha más realidad que invención. Por supuesto que los personajes son ficticios porque se trata de desfigurarlos para que nos sean reconocibles, también es verdad que la forma de escribir está novelada, pero hay muchos hechos que son contrastados, no diré cuáles.
-El IRA, las brigadas rojas, todos los grupos terroristas han dado pie a una gran producción de novelas, ¿por qué no ha pasado lo mismo con ETA?
-Por miedo. En España ha habido mucha prevención y la mayoría de los escritores no han querido entrar en aguas pantanosas.
-La trama transcurre en los años ochenta. ¿Los servicios secretos españoles han cambiado mucho desde entonces?
-Muchísimo. Tenga en cuenta que cuando se crearon los servicios secretos españoles pertenecían al Ministerio de educación porque se suponía que los enemigos del régimen eran los estudiantes y los sindicatos. Eso hoy es impensable. Podríamos decir que desde el 23-F estos servicios se democratizaron y se profesionalizaron. Principalmente porque tienen unos mecanismos internos de control que permiten que sus actividades no rayen lo delictivo. Ahora un ciudadano puede estar mucho más tranquilo que antes.
-¿Es cierto ese comentario que dice que de cuatro etarras dos son guardia civiles?
-Ojalá, pero no creo que sean tantos. Aunque, eso sí, ETA etá agujereada por todas partes y en su organización hay muchos infiltrados. El daño que los Servicio secretos le han hecho a ETA en los últimos tiempos ha sido importantísimo.
-¿Cuántas veces ha tenido encima de la mesa una información delicada y no la ha publicado?
-Muchas. Un periodista debe ser una mosca cojonera, pero hay que imponerse límites. Yo jamás he publicado nada que tenga que ver con la intimidad de gente anónima ni me he adelantado al trabajo policial.
-Supongo que el trabajo de investigación y las tensiones le habrán causado más de un dolor de cabeza.
-En sentido metafórico sí, pero realmente lo que me han producido fue una dolencia cardíaca gravísima por la que me tuvieron que operar a corazón abierto hace tan sólo un año.
-¿Ya se encuentra bien?
-Ya está superado. De hecho, esta novela la escribí en el postoperatorio. Aunque no es fácil sobreponerse a algo así, hay que tener mucha fuerza y mucho apoyo para volver a la normalidad. Es una lucha más mental que física.