Zagreb
Benedicto XVI: «La familia es buena para el mundo»
El Papa Benedicto XVI culmina su primer viaje a Croacia con una eucaristía donde defendió el valor de la vida ante más de 400.000 peregrinos
MADRID- En su segundo y último día de visita a Croacia, Benedicto XVI ofició una misa en el hipódromo de Zagreb ante 400.000 personas con motivo de la Jornada Nacional de las Familias Católicas croatas. La homilía fue un cántico a la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, una condena del aborto y de la eutanasia, y un recordatorio de que una «auténtica» familia basada en esos principios «es una buena nueva para el mundo». A ella asistieron todos los obispos croatas, así como de países vecinos como Bosnia-Herzegovina, y croatas de la diáspora venidos únicamente para esta visita papal.
Benedicto XVI pidió a todos las parejas de novios que no cedan «a esa mentalidad secularizada» que propone la convivencia «como preparatoria, o incluso sustitutiva del matrimonio, como son las parejas de hecho, y denunció que en la sociedad actual el amor se reduce a la satisfacción de impulsos instintivos.
El Santo Padre aseguró que en la sociedad actual es más que nunca necesaria y urgente la presencia de familias cristianas «ejemplares» y que en Occidente, especialmente en Europa, se constata «desafortunadamente» cómo se difunde una secularización que lleva a la marginación de Dios de la vida y a una creciente disgregación de la familia.
El Papa señaló que los cristianos están llamados a contrastar esa mentalidad secularizada y que es muy importante el testimonio y el compromiso de las familias cristianas para afirmar la «intangibilidad de la vida humana desde la concepción hasta su término natural». También aconsejó a defender «el valor único e insustituible» de la familia fundada en el matrimonio y exigió medidas legislativas que apoyen a las familias para que puedan engendrar y educar a los hijos. «Queridas familias, sed valientes y no cedáis a la mentalidad secularizada que propone la convivencia como preparatoria, o incluso sustitutiva al matrimonio», dijo. Además, animó a la paternidad y la maternidad, afirmando «que abrirse a la vida es un signo de apertura al futuro».
Ante la tumba de Stepinac
Uno de los momentos más emotivos del viaje del Papa a Croacia tuvo lugar cuando rezó ante la tumba de Stepinac, a quien le tocó vivir durante la dictadura de los ustachas, aliados de los nazis, y después en del comunismo. Stepinac (1898-1960) fue juzgado y condenado por el régimen comunista yugoslavo del general Josip Broz «Tito» acusado de colaborar con los nazis y declarado mártir de la persecución comunista por la Iglesia Católica. El 14 de febrero de 1992, el Parlamento croata le rehabilitó y el el 3 de octubre de 1998, Juan Pablo II le beatificó.
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