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Sin señorío por Francisco Martínez

La Razón
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Dicen los expertos que Wimbledon no es Wimbledon estos días. La gente selecta que suele acudir al evento se ha cambiado por otra mucho más variada. Hay de todo, y muchos españoles, la segunda lengua más escuchada ayer dando una vuelta por las instalaciones. Los jugadores se quejaron del desbarajuste que había con las comidas y con los horarios de los partidos del día siguiente, algo impensable cuando se juega a finales de junio en la hierba del All England Club. No es fácil ver tenistas con camisetas de colores en la pista. Durante el «Grand Slam» es imposible, están obligados a vestir de blanco, pero durante el torneo olímpico, no, y algunos de los puristas no lo ven bien. Una minucia comparado con lo que pasa en las tribunas de prensa. Ahí estaba, un sitio perfecto en un escenario ideal, donde se respira historia, y al ir a sentarse… Una cáscara de plátano y toda la mesa llena de desperdicios. Serán... La opción es sentarse en la mesa de al lado y apoyar la mochila en la silla con la «basura». Y cuando llega una compañera y quiere sentarse, mira la cáscara y te mira a ti. El intento de convencerla de que no es tuya no funciona, aunque ella diga que sí. A la hora de irse, el autobús arrasó con la parada y se cargó un espejo, sin heridos que lamentar...