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El efecto Lassalle por Pedro Alberto Cruz Sánchez
A grandes retos, grandes nombres. Eso es lo cabe decir después del nombramiento de José María Lassalle como secretario de Estado de Cultura. Ante él, una tarea que, empleando términos «livianos», se podría definir como titánica: transformar drásticamente la estructura de financiación del sistema cultural a fin de asegurar su sostenibilidad. Lassalle sabe que este es el momento y que ahora no caben paños calientes. Posee todas las facultades requeridas para lograr el éxito: una formación intelectual apabullante; un espíritu dialogante como pocos; y, por si esto no fuera suficiente, el favor de principio de los agentes culturales y de amplios sectores de la oposición. De hecho, Lassalle es uno de esos pocos casos –por auténticos– de centrismo real. Cuando, en los últimos años, diferentes francotiradores de la «pureza ideológica» han disparado a discreción sobre el objeto intelectual del «centro», considerándolo como una vaguedad propia de los débiles de espíritu, deberían haber examinado con el recomendable detenimiento el caso de este cántabro, una de las raras personas que encarnan en España el valor convencido, y no afectado, de la moderación. Para José María Lassalle, el centro no nace de la sustración de cualesquiera contenidos o elementos de compromiso; por el contrario, es la suma de las principales virtudes del civismo y la capacidad de convivencia del individuo. Desde su prisma, no se trata tanto de habitar un lugar en el que el conflicto se difumine cuanto de señalar un espacio de acción en el que nos demos entre todos las herramientas racionales necesarias para tornar en socialmente fructífero este mismo conflicto.
Estereotipos de la izquierda
El mundo de la cultura ha recibido con esperanza este nombramiento. Por lo pronto, hace añicos el estereotipo de gestor cultural del PP que desde la izquierda se ha querido construir durante mucho tiempo, con el objetivo de patrimonializar el hecho cultural. Su discurso aperturista, completamente fundado en los principios de la pluralidad real, le convierten en una pieza clave dentro del actual Gobierno a la hora de penetrar en determinados sectores tradicionalmente reacios a concederle una sola oportunidad al PP. Seguro que el tiempo da la razón a estas razonables expectativas.
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