India
Ramiro Calle: «No sabemos vivir ni morir»
Con firma propia. Profesión: orientalista, profesor de yoga (centro Shadak) y escritor. Nació: en 1943, en Madrid. Por qué está aquí: por su libro «Enseñanzas para una muerte serena» (Luciérnaga).
–«Enseñanzas para una muerte serena». ¿No sabemos morirnos?
–No sabemos vivir y no sabemos morir. Antaño se enseñaba a morir bien, que es saber aceptar la muerte y saber soltar el cuerpo.
–¿Por qué no sabemos morir?
–Porque perdemos lo que más amamos: el dinero, la diversión. No aceptamos dejar de ser ni que empezamos a morir desde que nacemos.
–Esta sociedad oculta todo lo que puede la muerte...
–Sí. Pensamos que sólo los otros se mueren. Aquí consideramos de mal gusto hablar de la muerte. En Oriente se medita sobre ella.
–Qué tristeza continua, ¿no?
–No, no. Esa meditación nos hace la vida más gozosa y serena. Nos lleva a vivir mejor el presente.
–Aquí creemos que una constante presencia de la muerte no es vida...
–Sí, porque esta sociedad se niega a aceptar la finitud de las cosas. Aspira a la eterna juventud y a la eterna diversión. Por eso no sabe morir.
–Parece que, pese a las religiones, se tiene poca fe en la otra vida...
–No tenemos ninguna. Si de verdad se tuviera mucha fe en la otra vida, no nos angustiaría la muerte.
–En un libro anterior, «En el límite», contaba que estuvo a punto de morir.
–Estuve 20 días entre la vida y la muerte. Me vi flotando fuera de mi cuerpo. Pedí que me dejaran morir, que me desconectaran. Pero algo cambió dentro de mí y luego quise vivir. No era mi hora.
–¿Qué aprendió?
–Humildad. Y que sólo merece la pena el amor.
–La gente dice que teme más al tránsito que a la muerte en sí...
–Sí, y por eso es importante mejorar las unidades de cuidados paliativos para eliminar el sufrimiento físico.
–¿Y qué hacemos con el psíquico?
–Los que hacen meditación abandonan mejor este mundo. Mueren con más dignidad en la India. He visto a viudas esperando la muerte en el Ganges día tras día, serenas como una flor. No tienen apegos, saben morir.
–Difícil asignatura...
–Un maestro zen dijo: «Cuando como, como; cuando duermo, duermo; cuando paseo, paseo, y cuando muero, muero». Y se murió.
–Casi todo lo que hacemos en esta vida es para olvidar la muerte, ¿eh?
–Sí: jugamos al escondite con nosotros mismos. Todo es evasión.
–«No es que tenga miedo a morir; lo que quiero es no estar allí cuando ocurra». (Woody Allen)
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