San Francisco
Lanzan al mercado el sujetador perfecto gracias a un algoritmo
El sujetador perfecto no existe. Al menos hasta ahora. Dos empresarias estadounidenses aseguran que han encontrado una fórmula que permite encontrar el sostén ideal para cada mujer.
Las matemáticas al servicio de la moda. Dos empresarias de San Francisco (Estados Unidos), Aarthi Ramamurthy y Lam Michelle, ex empleadas de Microsoft, aseguran que son capaces de diseñar el sujetador perfecto, es decir, el que mejor se adapta al pecho de cada mujer, aplicando un simple algoritmo matemático.Ramamurthy y Michelle han lanzado al mercado, previa presentación pública del producto, una nueva línea de sostenes que –aseguran- permite encontrar el mejor ajuste posible para cada mujer, tanto en forma como en proporciones.Según sus creadoras, el «sujetador perfecto» se consigue después de que la interesada introduzca en la tienda online de lencería que han desarrollado, True&co, una serie de datos sobre su pecho, desde el tamaño hasta la forma, así como los elementos del sostén que mejor se adaptan a sus necesidades. Con toda esta información, y mediante la aplicación de un algoritmo, un programa diseña el producto final.Cómo encontrar el sujetador ideal«La experiencia de ir a comprar un sujetador es una de las más incómodas que hay. En una ocasión llegué a probarme 20 y ninguno me servía. Entonces me pregunté cómo era posible que no hubiera una fórmula para encontrar uno que se me adaptara bien», explicó Lam al periódico Daily News.«Los expertos en moda tienen unas reglas no escritas que les permite adivinar, simplemente viendo el cuerpo de una mujer, cuál es el sujetador que mejor se adapta a sus necesidades. Nosotros hemos intentado descifrar ese código acudiendo a una fórmula matemática», añadió Lam. «En el 80% de los casos, las mujeres no están usando el sujetador que les correspondería», aseguró.Por el momento, la presentación en sociedad de los nuevos sujetadores, mediante una conferencia en California, ha sido un éxito, aunque, obviamente, hay quien se muestra muy escéptico ante este nuevo invento.«Obviamente, la diferencia entre lo que te diga un programa y lo que te aconseje la vendedora en la tienda es enorme, como la noche y el día. No hay nada como que alguien te diga cómo te queda mirando tu cuerpo», explica Linda Becker, «Mrs. Bra», que lleva 25 años vendiendo lencería en sus tiendas de Manhattan.
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