Medidas económicas

El PSOE abre la puerta a revisar el Estado autonómico

El PSOE abre la puerta a revisar el Estado autonómico
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Mercado laboral, pensiones, sistema financiero... ahora toca el modelo de Estado. Y aunque PP y PSOE se declaran firmes defensores de las Autonomías, uno y otro saben que sin una revisión a fondo del sistema no habrá modo de salir de la crisis. Hablar de reforma constitucional sigue siendo, no obstante, tabú. ¿Alternativas? Las hay. El problema es si Gobierno y oposición serán capaces de encontrar soluciones conjuntas para reducir la mastodóntica estructura administrativa y política. De momento, no se atisban. Sin embargo, ayer el PSOE abrió una puerta a revisar los fallos del modelo autonómico. Lo hizo el ex presidente de Extremadura y secretario general de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara, quien reunido en la calle Ferraz con Alfredo Pérez Rubalcaba, admitió que hay que «reconsiderar y corregir algunas cuestiones que no funcionan». Y su opinión es que debe hacerse desde el diálogo, y no mediante esta especie de «competencia» entre presidentes autonómicos que pretenden «quedar bien a costa de echarle la mierda a los demás». Fernández Vara pidió por ello al presidente del Gobierno que convoque a la Conferencia de Presidentes para hablar desde «la transparencia y la verdad» porque, a su juicio, «no es tiempo de reivindicación» en el ámbito autonómico, sino de «lealtad y cooperación».
El extremeño hizo estas delaraciones en presencia de Rubalcaba, quien se mostró de acuerdo con el planteamiento, e incluso afirmó que el PSOE no tiene inconveniente en sentarse a dialogar de este asunto con el PP. Marcó, eso sí, algunas líneas rojas: «Si el Gobierno propone que las comunidades o los ayuntamientos pierdan competencia en favor de las diputaciones, como figura en el anteproyecto de ley de reforma de la Administración local, diremos no». Y es que, aunque Rubalcaba es partidario de revisar algunas cuestiones del Estado autonómico, cree que fortalecer las diputaciones es ineficaz y contrario a una práctica de la «democracia sana».