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«No quisimos que la luna de miel fuese ‘‘Españoles por el mundo''»

Alaska y Mario estrenan hoy en MTV la segunda temporada de su «reality»

«No quisimos que la luna de miel fuese ‘‘Españoles por el mundo''»
«No quisimos que la luna de miel fuese ‘‘Españoles por el mundo''»larazon

«Desde el principio ya vi que este viaje se me iba de las manos. Y así sucedió: es la crónica de una luna de miel en la que seis locos terminan haciendo un viaje de fin de curso que es una mezcla entre ‘‘Porky's» y ‘‘Super size me''». Así resume Alaska, entre resignada y divertida, lo que los espectadores podrán ver en la segunda temporada de su «reality», que hoy estrena MTV a las 22:00. Mario Vaquerizo apostilla: «¡Es que no quería que pareciésemos ‘‘Españoles por el mundo''! Lo respeto, pero no queríamos dar esa imagen». Lo han logrado. «Alaska & Mario» promete mostrar una de las lunas de miel más atípicas que se puedan imaginar con la inestimable ayuda de las Nancys Rubias y Topacio Fresh. Y es que Alaska, casada con Mario desde hace más de una decena de años, cree «que la luna de miel está en casa, es mi día a día». La pareja, que afirma que ni supervisa los episodios ni controla el montaje final, asegura que no tiene ningún prejuicio con el formato. «No me iría nunca a una casa a convivir con gente que no conozco –en referencia a ‘‘Gran Hermano''–, pero sí estoy dispuesta a que me graben en mi casa con gente que conozco», afirma Alaska. Mario, más visceral, reconoce que el «reality» les está aportando muchas cosas, «por ejemplo que conozcan a mis amigos, son singulares, pero no tengo la culpa de que mis amigos sean unos genios».

Inevitablemente, en una conversación con Mario Vaquerizo tiene que estar presente el inglés. Sus clases de este idioma propiciaron algunos de los momentos más hilarantes de la primera temporada. Sin embargo, en la segunda que nadie espere verle sudar tinta para intentar averiguar cómo se dice reloj en la lengua de Shakespeare y él despache el asunto con un escueto «swatch», el nombre de una conocida marca de relojes. «No he tenido que hacer ejercicios sobre lo que no sé hacer», afirma dando ya por perdida la asignatura del inglés. «Lo llevo como siempre, fatal, pero en esta segunda temporada no habrá clases porque no las estoy dando. No voy a forzar una situación porque haya tenido éxito de audiencia».
 

Líneas rojas
La pareja tiene muy claro que en el «reality» se ve «que el personaje público no es distinto a la persona. No hay nada de misterio». Eso sí, hay unas líneas rojas que no se pueden cruzar, y éstas pasan por el cuarto de baño y por el dormitorio, «simplemente porque tampoco querríamos ver a nuestros ídolos duchándose o durmiendo juntos», explica Mario.

Sin duda, el «reality», aparte de servir para «ganar un dinerito», les ha dado popularidad, algo que a ninguno de los dos les molesta. «La fama nos encanta como concepto», apunta Mario, «sinceramente, me molestaría que nadie me parase por la calle». Y no sólo eso, el cantante y también representante de artistas no entiende a esos famosos que ponen todo tipo de problemas para hacer una promoción. «La fama tiene un componente de responsabilidad con tu trabajo. Me parecen unos ingratos», responde tajantemente.

Prometen una tercera temporada que, ¿por qué no?, se podría rodar en México, el país nativo de Alaska y como buenos «fans» esperan haber abierto la senda a otros «realities» con rostros populares. «Nos encantaría ver uno de Pitita Ridruejo, Sara Montiel, Borja Thyssen y Blanca... incluso Belén Esteban», dice Mario, mientras Alaska reconoce que hacerlo en MTV ha sido un acierto «porque, al no estar sometidos a los índices de audiencia, hemos hecho lo que hemos querido, que no es otra cosa que ser nosotros mismos».


Ruta de viaje
- Los espectadores podrán ver los preparativos de la luna de miel, pero también cómo Mario Vaquerizo se desespera escribiendo su primer libro.
- Alaska, que es muy aficionada a las tiendas chinas, celebra el Año Nuevo Chino.
- El director de cine Alejandro Amenábar les enseñará su nueva casa en Sevilla.
- El viaje, que ha tenido una duración de unas tres semanas, ha tenido tres paradas: Los Angeles –donde asistieron a los ensayos previos a los Oscar–, el Cañón del Colorado –lugar en el que Mario descubrió que tenía vértigo– y Las Vegas, ciudad en la que se casaron por vez primera en 1999.