Debate Estado Nación
El impuesto impuesto
Si hay algo que va a diferenciar esta campaña electoral de las anteriores es que los candidatos no se pelearán por ser quien da más sino por ver quién ofrece los recortes más efectivos y menos dolorosos para la masa votante. Unos y otros han empezado a desenfundar las podadoras, y mientras el PP apunta la suya hacia el gasto en la Administración Pública, el PSOE, más volcado en su candidato que en gobernar–por lo visto, eso también lo hace el candidato– encañona a «los ricos» al más puro estilo «la bolsa o la vida», que es una manera como otra cualquiera de repintarse de rojo; eso sí, no me pregunten qué es un rico porque al parecer eso es algo que está por decidir y que ni siquiera Cayo Lara, que confiesa que cualquier día le va a tener que pedir un préstamo a su compañero Llamazares, tiene claro. Lo que sabemos a ciencia cierta es que los amigos de las SICAV no lo son y que por eso nadie les meterá la mano en el bolsillo. Por lo demás, la propuesta–o imposición, como ustedes prefieran– de Rubalcaba, que tanta polémica está generando, no deja de tener su puntito de gracia porque a poco acertadas que vayan las encuestas, el Impuesto de Patrimonio que este viernes reactivará el Consejo de Ministros va a durar lo que un puesto de funcionario a la puerta del INEM. Tanto si Rajoy gana por mayoría absoluta como si necesita apoyo de CIU, el impuesto «boomerang» volverá a desaparecer del mapa para contento, supongo, de los futuros herederos de Rubalcaba
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