Sevilla

Las contradicciones de Eva y Caritina por Jesús Mariñas

Caritina Goyanes, en los Premios «T» de Telva, desmintió la noticia
Caritina Goyanes, en los Premios «T» de Telva, desmintió la noticialarazon

Ahora todo se modifica y se disfraza. Varían hasta aquellas posturas que parecían incorruptas, no hay que fiarse. Así lo han demostrado estos días dos nombres bastante representativos de la «operación escaqueo». Se trata de Eva González y Caritina Goyanes, una de mis, hasta ahora, chicas preferidas, aunque debería ponerla en cuarentena por desvíos informativos que sólo pretenden preservar una posible exclusiva ya aireada. Siempre afable y menos vendedora que su hermana Carla, Caritina realizó una boda ibicenca sin pasar por taquilla. Fue un alarde donde sudamos de lo lindo, y recuerdo a la entrañable Lolita, otra experta en la compraventa, que se refugiaba en un bar, mientras la hermosa –y tan despechada– Charo Vega evitaba el sol de media tarde, que dejó empapado el pelucón de Nati Abascal, vestida con un Valentino estampado. Resultó ser una sauna aquella pequeña ermita de estilo tradicional, donde Tomás Terry luchó por hacerse notar. La guapa hija mayor de Carlos juega al despiste sobre si vuelve o no a esperar un niño y nos tiene en un mar de dudas. Primero llegó Pedrito, la alegría de la casa, y ahora por un lado aseguran que está de dos meses y por otro ella lo niega de manera rotunda, como hizo la noche de «Telva» mientras lucía un llamativo traje rojo y sin dejar de fumar en el vestíbulo del Palace. Juega a inquietarnos. Pronto se verá, al igual que el más apetecible caso de Tatiana Santo Domingo, que no tuvo remilgos en exhibir tripita en su reciente visita madrileña. Las fotos dieron la vuelta al mundo por ser inesperadas, sorprendentes y explícitas.

Obsesión por Cayetano
Otra que tal baila es Eva González, que días atrás aseguró no tener planes casamenteros y despistó bastante, porque siempre la hemos visto obsesionada con que Cayetano le diese el «sí, quiero» oficial. «¡Qué pereza organizar una boda!», dijo para desviar el tema la guapa Eva, que sufre en «Se llama copla», ya en su sexta temporada pero con los creadores despedidos en pelotón: han echado hasta a veinte nombres clave del programa, que pasó de audiencias máximas a, simplemente, ir tirando. Y, encima, sin cobrar los últimos cinco meses, como me cuenta Hilario López Millán, que fue soporte de los mejores momentos. Eva no se encuentra a gusto y quizá por eso no concreta si el 7 de diciembre habrá una boda íntima, alejada del lujo catedralicio vivido por su hermano Fran y Eugenia en su unión en Sevilla.