Norte un rumbo seguro en Barcelona

Lara Zaballa, Fernado Martínez-Conde y María González son tres amigos que decidieron plantar cara a la crisis con la apertura de este restaurante, situado en el barcelonés barrio del Eixample. Sólo eran necesarios tres ingredientes para hacer realidad el sueño que les rondaba por la cabeza desde hacía años: tenacidad, ilusión y energía.

Lara, filósofa y cocinera, y Fernando, cocinero y periodista, se conocieron durante un periodo de «stage» en el restaurante Moo, del Hotel Omm, gestionado por los hermanos Roca y poseedor de una estrella Michelin, mientras que María es la directora de la sala y sumiller: «La filosofía de Norte se basa en el respeto a la cocina tradicional y al producto de alta calidad. Lo llevamos a la práctica en una propuesta de medias raciones y platillos, con entrantes, segundos platos y postres», afirma Fernando. Asimismo, apuestan por el uso de frutas y verduras ecológicas, pero, sobre todo, por ofrecer buenas recetas a unos precios más que ajustados.

Bocados energéticos
El local, blanco, muy blanco, cuenta con un pequeño comedor, dos barras y una terraza. Madruga para servir el desayuno a sus clientes habituales. Desde las siete y media de la mañana desfilan manjares energéticos que dan vida a cualquiera. Ofrecen bocadillos (de paletilla ibérica de bellota...) y sándwiches (de humus con tomate seco, champiñón y espinacas...). Destacan los huevos camperos de Calaf, que los puede disfrutar en tortilla, revueltos, a la plancha o fritos acompañados de beicon, champiñones, verdura o paletilla ibérica. Y en cuanto al apartado dulce, no faltan el típico croisán ni las tostadas en sartén de pan de pueblo.

La carta arranca con unas suaves croquetas de gamba y continúa con la clásica ensalada de temporada, la hamburguesita de faisán escabechado con cebolla caramelizada y rúcula y la tortilla de la casa. La sardina ahumada con tomate y aceitunas negras, los boquerones con verduras en vinagre y el bacalao confitado, mutabal y ensalada con picatostes son las propuestas marinas de temporada unidas al pescado del día. Pregúntele a María, porque merece la pena decantarse por él. En cuanto a las carnes, deje que presida la mesa el secreto ibérico con «chutney» de albaricoque y piparra. No falta una buena selección de quesos artesanos, con un Ibores, de leche de oveja, de Zamora y el francés Comte, de 18 meses, de leche de vaca. El crumble de albaricoque con nata a la lavanda es una buena opción para terminar. Poseen carta de vinos por copas.