Nueva York
Boda en Suecia: los novios no son los únicos protagonistas
Los príncipes Magdalena y Carlos Felipe, hermanos de Victoria de Suecia, han conseguido eclipsar con sus escándalos amorosos los fastos del enlace real de hoy
El interés de una boda lo suelen marcar los novios y, como mucho, los célebres invitados que asisten a ell, sin embargo, Victoria de Suecia y su prometido, Daniel Westling, han dejado de ser el centro de atención de su enlace. Y eso que durante años, el que hoy se convertirá en esposo de la heredera al trono estuvo en el punto de mira de los monarcas suecos. A los reyes Gustavo y Silvia les costó hacerse a la idea de que su primogénita quería casarse con su preparador físico, a pesar de que él fue quien la libró de la anorexia que sufrió durante años. Hoy, sus hermanos, Magdalena y Carlos Felipe, el menor de los tres, acaparan la atención de la plebe. Ni los gestos de felicidad al desenvolver los regalos de boda de los futuros reyes, ni la cena de gala a la que asistieron más de 200 invitados han conseguido superar el revuelo que se ha creado en torno a los hermanos de Victoria que copan las portadas de la prensa sensacionalista sueca.Desde que se fijó la fecha del enlace, cada cosa que ocurre en el Palacio Real de Drottningholm se convierte en primera plana. La boda de la princesa heredera se habría convertido en un acontecimiento más de tiaras y tules, si no fuera por los escándalos que han protagonizado sus hermanos en los últimos meses.Si a finales de abril, la princesa Magdalena, de 27 años, salió rauda de su país para evitar el escándalo que produjo su ruptura con Jonas Bergström, con el que prácticamente tenía fijada la fecha de su boda, los amoríos de su hermano mayor, Carlos Felipe, de 30, han causado más de un dolor de cabeza a sus padres. Blanco de las críticasSus encuentros secretos esta misma semana con la que fuera su novia durante diez años, Emma Pernald, han vuelto a situar a Carlos Felipe como blanco de las críticas. Y es que los vaivenes emocionales del único hijo varón de los reyes de Suecia son de dominio público. Días después de terminar su relación con la ejecutiva publicitaria e íntima amiga de Magdalena y Victoria, a Carlos Felipe se le vió en compañía de Sofía Hellqvist, una modelo habitual de las revistas masculinas y conocida en su país por participar en un «reality» y posar en «topless» con una serpiente pitón alrededor de su cuello. Atributos que no convierten a Sofía en la nuera deseada por Silvia. Tal vez por eso, como publica el diario «Expressen», el pasado miércoles Carlos Felipe acudió al apartamento que Magdalena tiene en el centro de Estocolmo para rencontrarse con su ex. Penault se ha convertido en uno de los grandes apoyos de la princesa y, a pesar de su cercanía con la Familia Real, no está invitada a la boda. Tampoco acudirán la polémica pareja del príncipe, ni el ex novio de Magdalena y amigo del novio. «La cita duró unas cuatro horas y también asistieron las hermanas de Carlos Felipe», prosigue el periódico nórdico. Según comentan, entre sus amigos están intentando que Emma y Carlos Felipe se reconcilien. Pero, ni él, ni ella, que ahora sale con un agente financiero de Gotemburgo, parecen dispuestos a retomar su relación.Los libelos suecos tampoco dejan que Magdalena salga del desengaño amoroso que se llevó en abril, cuando decidió finiquitar su relación con el fiestero Jonas, que en una de sus múltiples salidas nocturnas, debió confundir a otra fémina con la princesa. La presión mediática llevó a la joven de ojos claros a exiliarse a Nueva York, donde además de trabajar en la fundación benéfica de su madre, logró cierto anonimato, hasta esta semana cuando decidió regresar a Estocolmo y, con la sonrisa instaurada en el rostro, actuar como la perfecta consorte de su hermano e intentar robarle el menor protagonismo posible a Victoria.Sin Robbie WilliamsAyer, los tres hermanos aparecieron exultantes y muy cómplices a su paso por la alfombra roja del Eric Ericsson Hall, donde disfrutaron de un concierto en honor a la pareja, pero donde no actuará, como le habría gustado a la novia, Robbie Williams, ya que el caché del artista disparaba el presupuesto que el Estado sueco ha dispuesto para la boda real: 12 millones de euros. Eso sí, no faltaran flores, coches de caballos y cuberteria de plata.
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