Actualidad

OPINIÓN: Dukan

La Razón
La RazónLa Razón

Dicen que desde hace unos meses, la mitad de la gente de esta Región se está quedando más flaca. Y no es que se haya desplomado la inversión en morcilla y demás derivados de la muerte-marrano, sino que un tal Dukan, que le dicen especialista en el tema de la lorza, se ha hecho fuerte en las estanterías de El Corte Inglés y demás sitios de venta de libros, para mayor gloria y fortuna del invento y de su cuenta corriente. Y la realidad es que las tiendas de ropa andan agotando la talla 36 y que hay un montón de tíos que ya no necesitan separarse de la mujer para adelgazar. Eso es bueno para el matrimonio y para el resto de gente soltera que anda por ahí. Y así nos evitamos al genares de las cuatro de la tarde por el pub, con el ánimo y la entraña dispuestos a darle la vara a la primera que ven bebiéndose un San Francisco.
Lo bueno de la dieta es que la peña come más yogures que un turco, que es verdad que se quedan pajaritos y jilgueras y que todos los demás miramos a los flacos con una mezcla de envidia por el tipazo y de pena, porque en ése mismo momento debo andar con los colegas en una barra de las Flores, apretándome media docena de caballitos sin ningún resquemor.
Así que, visto el éxito del tal Dukan y de su dieta, estoy de acuerdo. Si te quieres quedar con menos carne que un mosquito, allá tú. Pero no me lo restriegues, que me planto delante de tu casa con media barra de pan y un trozo de morcón y te hago la vida más imposible que el matrimonio de los Roper. Que haya alivio y sálvese el que pueda.