Elecciones
La Florida de Romney por Manuel Coma
La montaña rusa de las primarias ha continuado subiendo y bajando. Romney iba de ganador en Florida hasta el sorprendente éxito de Gigrich en Carolina del Sur, hace diez días. Los dos rivales intercambiaron puestos en las siguientes encuestas. Pero llegaron los debates, Romney atacó implacablemente, como lo hizo, también, con millonarios anuncios, en todos los medios del estado, mientras que Gingrich, a la defensiva y en contraataque, no encontró el momento de arrebatar a la audiencia con su deslumbrante verbo, en un arranque de conservadurismo puro. Las tornas volvieron a cambiar. Después de todo eran los debates 18 y 19. Ya había tenido su breve turno de cabeza de pelotón antes del comienzo de las primarias, pero nada como sus chispazos en la Carolina. Haciendo balance, no ofrece garantías de ese vapuleo a Obama con el que pretende encandilar a los participantes en las votaciones, que en el caso de las que hoy se celebran son cerradas –sólo para inscritos como republicanos en las listas electorales– y eligen directamente nada menos que 50 delegados para la Convención Nacional, de los que el ganador se lleva todos.
Los ataques contra Gingrich hacen mella, porque básicamente revelan vulnerabilidades reales: una brillante inteligencia pero una personalidad deplorable, con muchos borrones en su historial. Romney ha resistido mucho mejor los puyazos. En Carolina no había estado bien en la defensa, pero llegó al estado del sol con la lección mejor aprendida y mayor agresividad. Su fortuna, él se la ha ganado con trabajo y competencia, y eso a la mayoría de los americanos no sólo no les molesta, sino que lo admiran.
Es un éxito que está en el punto de mira de la campaña de Obama, basada en el resentimiento social, pero el tiro podría salirle por la culata. Su punto realmente débil es el de la reforma de la sanidad. La impopular que Obama le hizo tragar al país con su rodillo demócrata en las dos Cámaras en la primera mitad de su mandato tendría que ser uno de los objetivos preferidos de los ataques de quien sea el candidato republicano, pero Romney, como gobernador de Massachusetts, creó un sistema muy parecido, que inspiró al presidente. El ex gobernador se previene prometiendo solemnemente que abolirá la ley Obama. Llega a las urnas con más de un 10% de ventaja. ¡Menuda sorpresa si no ganase!
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