Bruselas
Europa aún sueña con Clegg
BRUSELAS- En gran número las capitales europeas, y sobre todo en Bruselas, muchos han pensado que el sorprendente ascenso de Nick Clegg ha sido, como la canción, «demasiado bueno para ser verdad». Educado en el Colegio Europeo de Brujas (Bélgica), cinco años en la Comisión Europea y otros cinco como eurodiputado, el líder de los liberales y defensor del euro ha permitido soñar a los jerarcas comunitarios con la posibilidad de colar un caballo de Troya en el principal bastión del euroescepticismo: Londres.Todo permanecía abierto al cierre de esta edición, con la clara posibilidad de que ningún partido tendrá mayoría. Sin embargo, la incertidumbre en la formación de Gobierno no podrá durar mucho tiempo, ya que es precisamente la sangre que huelen los tiburones financieros para atacar a la libra y la deuda británica. La CE entró sin querer en campaña la víspera del voto, dando munición precisamente al enemigo. Bruselas recordó a Reino Unido que este año soportará el mayor déficit de la UE, un 12% del PIB, bola que recogió el euroescéptico Partido Conservador para amplificar el rapapolvo a la gestión laborista. Por esta y otras razones, la victoria parecía ayer más factible para el líder de los «tories», David Cameron, como opina que sucederá un funcionario europeo británico. A pesar de las promesas del «tory» de someter cualquier cesión de soberanía a Bruselas a un referéndum y de haberse salido del grupo conservador del Parlamento Europeo, demasiado europeísta para su estómago, este eurócrata cree que terminará por practicar el tradicional pragmatismo inglés. Opinión que no comparte el ex líder de los liberales en Bruselas, el eurodiputado británico Graham Watson, quien indica que «el Gobierno de Cameron será más beligerante que los otros conservadores», a pesar de que tenga que moverse sin mayoría. La primera prueba de fuego llegará con el voto sobre la regulación de los «hedge funds». Los británicos consideran este tema una cuestión nacional, al percibir que Bruselas quiere poner cerco a la City, que agrupa hasta el 80% de estos fondos de alto riesgo en Europa. Como reconocen otros británicos en la capital belga, el «premier» no ha sido tampoco el caballero andante del europeísmo. Así que ante la probabilidad de que Clegg sea el compañero que laboristas y conservadores buscarán para alcanzar Downing Street, la pregunta es si el liberal logrará infundar su europeísmo al nuevo Gobierno. «Seguramente lo intentará, y habilidades políticas no le faltan», opina Watson, antiguo compañero de Clegg en la Eurocámara.Todavía habrá que esperar unos meses para ver si el canal de la Mancha se agranda tras el voto de ayer o, si como prometió en su momento Tony Blair, Reino Unido se hará un hueco en el corazón de Europa.
Las apuestas se disparanLos británicos apostaron ayer 40 millones de libras sobre quién será el próximo primer ministro o los escaños que tendrá cada partido. Se cree que en las circunscripciones más pequeñas los propios candidatos han podido apostar por ellos mismos para intentar obtener así más votos. Las casas de apuestas abrieron ayer, por primera vez en elecciones, toda la noche.
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