Londres
Escocia reclama al ministro desertor por el atentado de Lockerbie
El ministro de Exteriores libio, Musa Kusa, llegó el miércoles a Londres procedente de Túnez después de renunciar a su cargo y abandonar su país como muestra de rechazo al régimen de Gadafi.
Los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido vieron ayer en esta acción un espaldarazo a las presiones ejercidas contra el dictador libio. «Kusa es uno de los aliados de más confianza de Gadafi y puede proporcionar información clave sobre la postura actual y los planes militares», aseguró el portavoz de Seguridad de la Casa Blanca, Tommy Vietor. «Es una historia convincente de la desesperación y el miedo en el corazón mismo del régimen de Gadafi, que se desmorona y está podrido», apuntilló el primer ministro David Cameron. Sin embargo, el ya ex ministro libio tiene un reguero de cuentas pendientes que saldar. Para empezar, Cameron matizó que no se le ha garantizado inmunidad diplomática. Kusa, que fue jefe del servicio de espionaje, fue reclamado ayer por la Fiscalía de Escocia para ser interrogado por el atentado en la localidad escocesa de Lockerbie en 1988, cuya investigación sigue abierta. Según medios británicos, Kusa fue una pieza clave en la negociación para indemnizar a las víctimas del atentado y también en la posterior
liberación de la única persona condenada por Lockerbie, su compatriota Abdelbaset al Megrahi, liberado en 2009 por padecer un cáncer terminal. A Kusa también le reclaman los rebeldes libios. Quieren que sea juzgado por maquinar asesinatos y torturas contra disidentes del régimen de Gadafi. Kusa es un viejo conocido en Londres. En 1980 fue expulsado del Reino Unido tras declarar en una entrevista en el «Times» que aprobaba el asesinato de opositores de su país en suelo británico. «Kusa Musa era uno de los pilares del régimen, desde hace más de 30 años. Ha desempeñado cargos importantísimos, por ello puede ser considerado como una caja negra del régimen de Gadafi», contó ayer Issam Gheriani, un portavoz de los alzados libios.
Kusa, en la boca del lobo
Musa Kusa, el ministro de Exteriores desertor, es también uno de los cuatro altos cargos del régimen libio, además de Gadafi y algunos de sus hijos, investigado por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y lesa humanidad. Si la investigación sigue adelante, Musa tendrá que enfrentarse a un juicio en relación a la brutal represión de las protestas que comenzaron el pasado mes de febrero en Libia.
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