Málaga

Parada en Moncloa en mitad del asedio

El punto oficial en el orden del día es la sentencia del TC que anula la competencia sobre el Guadalquivir.

El presidente de la Junta, ayer en la Convención Municipal de Málaga
El presidente de la Junta, ayer en la Convención Municipal de Málagalarazon

SEVILLA- José Antonio Griñán tiene cita mañana con el presidente del Gobierno en La Moncloa. El punto oficial en el orden del día es abordar la sentencia del Tribunal Constitucional que anula el artículo 51 del Estatuto andaluz: las competencias exclusivas sobre el Guadalquivir. Sin embargo, Griñán llega a Madrid en su momento «horribilis», en mitad del asedio por la trama de los expedientes de regulación de empleo irregulares, flameando las primeras llamas vivas en el PSOE-A y a un año exacto para las elecciones autonómicas. Andalucía es el primer granero de votos socialista. Y Andalucía, por primera vez en la historia de la democracia, apunta hacia el cambio. Lo cantan las encuestas. No es difícil pensar que Zapatero y Griñán hablarán de algo más que del Guadalquivir y sus afluentes.

El escándalo de los ERE, larvado por el «caso Mercasevilla», que se inició a principios de 2009 debido a la grabación de unos empresarios que probó que la cúpula del mercado local hispalense le había pedido una comisión de 300.000 euros a cambio de una subvención de 900.000, tiene al Gobierno andaluz contra las cuerdas. Del primer argumento de «una cuadrilla de cuatro sinvergüenzas», los «intrusos» se elevaron a 37, a las pocas semanas la Consejería de Empleo reconoció más de 70, las prejubilaciones irregulares ya van por 146 y todavía la investigación interna de la Junta tiene que dar el resultado del análisis de las últimas 290 pólizas. Entre estas «personas de paja» en empresas donde nunca trabajaron hay –que se conozca hasta el momento– dos ex alcaldes socialistas, una larga lista de ediles y militantes de este partido, sindicalistas de la UGT… Algunos casos son llamativos: el ex director general de Trabajo que habló por primera vez del «fondo de reptiles» «coló» a su suegra en un ERE y el que fuera delegado provincial de Trabajo Antonio Rivas, al que la Fiscalía le pide 900.000 euros de multa por el «caso Mercasevilla», a dos concuñados.

Además, el círculo de responsabilidad va ascendiendo y a la Junta, que en un primer momento tendió una línea «maginot» en el ex director general de Trabajo, se le ha quebrado el discurso. La juez Alaya que instruye el caso apunta hacia arriba al imputar al que fuera consejero de Empleo entre los años 2004 y 2010, Antonio Fernández, quien por cierto autorizó su propio ERE para la bodega González Byass por el que le correspondían más de 400.000 euros.

Con esta nube de irregularidades se presenta Griñán en La Moncloa. Con el foco de un escándalo que ha cogido vuelo nacional y que le salpica a él mismo. El PP mostró el jueves en el Parlamento un documento que lo coloca en una situación extremadamente delicada. Es una comunicación interior del interventor mandatando a la viceconsejera de Economía –la actual consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo– que remitiera al entonces consejero del ramo –José Antonio Griñán– un informe que alertaba de un modelo para transferir las jubilaciones y ayudas a empresas en crisis –más de 647 millones entre 2001 y 2010– que prescindía de forma total y absoluta del procedimiento administrativo establecido. Aguayo, que se ha inmolado por la causa, esgrime que no se lo pasó a su «jefe». El PP está convencido de que Griñán consintió y tapó las irregularidades y que sólo tiene dos caminos: dimitir y cesar a la titular de Hacienda.
 
El primer aniversario de Griñán como secretario general del partido en Andalucía lo ha cumplido esta misma semana. Y ha habido más cajas destempladas que fanfarrias. La primera gran crisis interna la vivió con la dimisión de su «número dos», Rafael Velasco, al trascender otro caso de corrupción: que la empresa de su mujer había recibido más de 700.000 euros en cuatro años para cursos de formación. Con esa primera crisis afloraron las heridas no cauterizadas de un Congreso extraordinario de marzo de 2010 que forzó el presidente andaluz para gobernar a dos bridas: con una el partido y con otra la Junta. Chaves, experto en mantener el statu quo interno durante 20 años, cedió el testigo diciendo que se dejaba el partido apaciguado y en calma. Pero las costuras están empezando a saltar. El secretario provincial del PSOE gaditano confirmó el viernes que él mismo –y dejó entrever que de la mano de Chaves– propuso a un candidato alternativo a la Alcaldía de Jerez, ninguneando a Griñán. En la Moncloa se hablará, como decimos, de algo más que del Guadalquivir y sus afluentes.


El presidente andaluz promete expulsar a los corruptos
Griñán afirmó ayer que cuando su partido detecta una irregularidad, «no la tapamos», y subrayó que los socialistas tienen «un comportamiento ético», pero «los que no lo tengan serán inmediatamente expulsados y al mismo tiempo seremos nosotros los que los llevemos a los jueces». «Sabemos que la lealtad nunca puede ser encubrimiento», manifestó el líder del PSOE de Andalucía, añadiendo que «un socialista que defrauda lo que está haciendo es defraudar a toda la ciudadanía y sobre todo a su propio partido».
En una entrevista en PSOE Andalucía TV, previa al inicio de la Convención Municipal Regional que los socialistas andaluces celebran en Málaga, Griñán abogó por recuperar el valor de la política. Urge «una mayor movilización ciudadana, sobre todo de los jóvenes», dijo.