Tribunal Supremo
Diez meses fuera de la cárcel con la venia de Garzón
Madrid- 26 de abril de 2010. El entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón decretaba la libertad provisional bajo fianza de 30.000 euros, que abonó en pocas horas, del batasuno Rafael Díez Usabiaga. Llevaba algo menos de seis meses en prisión.
El motivo que esgrimía el magistrado era la existencia de una «circunstancia específica personal-familiar», consistente en la relación de «dependencia» que tenía su madre respecto a él.
Garzón justificaba esa «dependencia» en el certificado del Ayuntamiento de Lasarte, donde constaba que la madre de Usabiaga había iniciado los trámites para la prestación y cuidados personales, «requiriendo como cuidador a su hijo Rafael Díez Usabiaga, persona que hasta la fecha de ingresar en prisión...ha venido haciéndose cargo». Ese certificado, fechado el 14 de abril, lo firmaba Lourdes Acevedo, presidenta de Servicios Sociales de dicho Consistorio. Sin embargo, la cita solicitada por la madre de Usabiaga, para iniciar los trámites y evaluar su dependencia, no estaba fijada hasta el 3 de junio, es decir, casi dos meses después. A esa cita sí acudió acompañada de su hijo.
Esa circunstancia que reflejaba el Ayuntamiento en cuestión, considerada por el juez como «humanitaria», fue decisiva para que acordase la libertad bajo fianza del batasuno.
La decisión fue recurrida de forma inmediata ante la Sala Penal por la Fiscalía de la Audiencia Nacional y la Asociación de Víctimas del Terrorismo Verde Esperanza. Sin embargo, el resultado fue el mismo. Los jueces Alfonso Guevara, Guillermo Ruiz Polanco y Clara Bayarri ratificaron, el 16 de junio, la decisión, al no tener argumentos «de alguna enjundia que puedan contradecir» los de Garzón.
De esta forma, lleva casi diez meses dedicado «oficialmente» a cuidar de su madre. Otra cosa es la realidad y su día a día.
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