Pekín

Obama admite la gravedad del déficit de EE UU

Advierte de que su país corre riesgo si no hace algo para reducirlo

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Washington / Pekín- Un día después de que la agencia de riesgos Standard&Poor's (S&P) rebajase la perspectiva de la deuda a largo plazo de Estados Unidos de «estable» a «negativa» por su abultado déficit, Barack Obama admitió que el problema que tienen entre manos con el desequilibrio de sus cuentas empieza a ser acuciante. Aunque su secretario del Tesoro, Timothy Geithner, reiterase ayer que no hay riesgo de que el país pierda la máxima calificación para su deuda, el presidente americano advirtió de que urge hacer ajustes para mantener la nota. «Si no hacemos algo con el déficit, tendremos problemas», avisó.


Discrepancias
Demócratas y republicanos andan enzarzados desde hace meses en discusiones sobre cómo atajar el galopante desequilibrio de sus cuentas, que este año se prevé alcance el 10,6%, sin llegar a ningún acuerdo. Mientras que el partido de Obama defiende recortes que no afecten a la educación, la energía o la ciencia, los republicanos quieren meter la tijera a los programas médicos que protegen a los más desfavorecidos.

Es esta gran discrepancia entre ambos partidos la que preocupa a S&P, que duda de la capacidad de ambas formaciones para llegar a un acuerdo sobre cómo recortar el déficit antes de 2012. Y es esta advertencia lanzada por la agencia de calificación de riesgos la excusa que ha aprovechado Obama para lanzar un mensaje nítido a sus oponentes políticos para tratar de impulsar un acuerdo lo antes posible. «Soy optimista. Nos hemos puesto de acuerdo otras veces. Creo que podemos hacerlo una vez más», aseguró el presidente de EE UU en un acto celebrado en Virginia del Norte para presentar sus ajustes, aunque admitió que no será fácil y habrá desacuerdos.

La advertencia de S&P preocupa no sólo a EE UU sino también a China. Como principal acreedor de la primera potencia del mundo –posee 836.000 millones de euros en deuda americana–, el gigante asiático es el más interesado en que la economía de Estados Unidos carbure para cobrar. Por eso, el ministro de Asuntos Exteriores, Hong Lei, confió en que la Administración Obama adopte «medidas prácticas» en el marco de una política «responsable» que proteja los intereses de los inversores.

Más allá de velar por sus intereses, las palabras del ministro chino destilan un cierto aire de venganza después de que en los últimos meses EE UU haya acusado a China de devaluar artificialmente su moneda para favorecer sus exportaciones.