Atlético de Madrid

Dominio y empate

El Valencia dominó al Genk, sobre todo en la primera mitad; pero fue en la segunda cuando pudo marcar. Rami, un central, disfrutó de la mejor ocasión y su chilena se estrelló en el travesaño. Luego Emery hizo los tres cambios, quería ganar y oxigenó al equipo.

Pablo Piatti, flamante fichaje del Valencia procedente del Almería, jugó un buen partido, pero se quedó sin marcar, como su equipo
Pablo Piatti, flamante fichaje del Valencia procedente del Almería, jugó un buen partido, pero se quedó sin marcar, como su equipolarazon

Buscaba la victoria, el primer triunfo en el primer partido de esta nueva edición de la Liga de Campeones, y de no ser por Diego Alves, debutante, podría haber perdido. Hizo dos paradas espléndidas el ex guardameta almeriense. En el bando contrario también el portero Koteles fue el más destacado. De ahí el 0-0.

El rival más destacado y peligroso, el favorito del grupo E, es el Chelsea. El Valencia debería luchar con el Bayer Leverkusen por la segunda plaza, que también clasifica, y el Genk, su contrincante de anoche, sería la «maría»... Durante los primeros 45 minutos, el equipo español fue claramente superior al belga y las rotaciones de Unai Emery no mermaron a su grupo. Fue superior, serio, disciplinado; pero le faltó puntería y acertar con el último pase.

Diego Alves ocupaba la portería, en perjuicio de Guaita: no intervino en toda la primera mitad. Otra novedad interesante, Parejo, pasó del ostracismo, porque ni siquiera era convocado, a la titularidad en Liga de Campeones. Se entendió con Banega y Topal. Pero si hubo un jugador destacado, electrizante, un barullo entre la defensa flamenca, ése fue Piatti.

El argentino llegó a Valencia con Alves desde el Almería. Es un futbolista bullicioso, un rabo de lagartija que se mueve por toda la frontal en vanguardia, que entra por la banda y no desprecia el tiro si tiene oportunidad.

Pero los belgas no daban facilidades. Una de las virtudes que atesora el Genk es que a balón parado, en faltas y saques de esquina, lo borda. El Valencia procuró impedirle ese tipo de jugadas y se afanó al contragolpe. Mientras que en la primera mitad las mejores ocasiones fueron valencianistas –una de Piatti, la más clara–, hasta el segundo tiempo Alves no intervino. Y lo hizo nada más salir del vestuario para despejar un buen chut de Voosen.

Pudo llegar el gol visitante en un centro de Soldado, desde la derecha, que remató bien Parejo y despejó mejor aún Koteles. Explotaba Emery el juego por las bandas pero no encontraba premio. Por eso hizo los cambios, aire fresco con Pablo, Aduriz y Canales, para romper la defensa de un equipo casi impenetrable. El Genk, la cenicienta del E, plantó cara, contraatacó alguna vez con peligro y obtuvo un empate que le deja más satisfecho que al Valencia.