Cataluña
Cataluña impulsará la hacienda propia pacte o no con el Estado
El consejero de Interior de la Generalitat amenaza con un referéndum si Madrid no secunda a Mas
Barcelona-Tener la llave de la caja. Es la cuestión clave que ha llevado a Artur Mas a embarcarse en el pacto fiscal, y a la que no piensa renunciar aunque el Gobierno no acepte su nuevo modelo de financiación. Un día después de que el presidente de la Generalitat agitara a la ciudadanía a favor de un «clamor social» para ayudar a que Cataluña se salga del régimen común, volvió a quedar patente que la prioridad para el Govern es recaudar y gestionar los impuestos que pagan los catalanes a través de una Agencia Tributaria propia.
Ayer no fue Mas sino uno de los hombres del sector duro de Convergència quien puso sobre el tapete los planes de la Generalitat. Sin haber logrado que PP y PSC se sumaran a la hacienda propia en el Parlament –los primeros directamente votaron en contra y los socialistas se desmarcaron con su abstención, a excepción del diputado Ernest Maragall que sí apoyo la iniciativa–, Felip Puig dejó claro que CiU mantiene su objetivo. «Lograremos la hacienda propia por la vía del pacto o porque la construiremos y la pondremos en marcha. Si eso supone un conflicto, lo asumiremos», aseguraba ayer mismo el consejero de Interior a Rac 1 de buena mañana.
La temperatura entre CiU y PP sube de la misma manera que la ola de calor impone su dominio en la Península. Poco importó a los nacionalistas que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, advirtiera de que el Gobierno no va a «financiar el nacionalismo», porque desde la Generalitat parecen dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias en el que es su proyecto estrella de la legislatura.
«O nos salimos por la vía del pacto o por la vía de la radicalidad democrática», aseguró Puig. El consejero consideró que la hoja de ruta del pacto fiscal es como una partida que encaran con «la perspectiva y la ambición de que la ganaremos».
De momento, la primera mano de la partida se les ha escapado porque en el Parlament no lograron la unidad con la que «presionar» al Gobierno. La segunda es la negociación propiamente dicha, para lo que Mas confía en poder explicarle al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sus planes, aunque no ha recibido respuesta a su petición de entrevista. Y, a partir de ahí, las opciones no vislumbran la paz que pide el PP para poder trabajar para salir de la crisis. Está sobre la mesa la consulta de la misma manera que Mas ha amenazado con un adelanto electoral.
Puig admitió que el Govern no descarta celebrar una consulta sobre el pacto fiscal, un instrumento para el que ha aprobado en el Parlament la Ley de Consultas Populares por la que el presidente puede convocar un referéndum, aunque está por ver si acabará en el Constitucional como la Ley de Referendos que el tripartito aprobó en 2010 también para convocar consultas.
En cualquier caso, el consejero insistió en que la Generalitat no tiene un plan B, por lo que, como Mas, pidió que todos los catalanes se sumen al «clamor» del pacto fiscal.
El PSC apoya la petición de movilización
El PSC se sumó ayer a la petición de una gran movilización en defensa del pacto fiscal que hizo Artur Mas. El presidente del grupo parlamentario, Joaquim Nadal, respaldó el llamamiento, aunque puntualizó que debe tener «carácter social e institucional». Si en la Diada del 11 de septiembre y la campaña que quiere poner en marcha el Govern para implicar a la ciudadanía a crear un «clamor social» se apuesta por la radicalidad, Mas corre el peligro de que se vuelva a generar la frustración del 10-J, día de la manifestación contra la sentencia sobre el Estatut. Nadal recomendó hacer pedagogía y negociar «con fuerza».
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