El ombligo de Shakira

Va y viene, entra y sale, a derecha e izquierda, sube y baja, que sólo le falta girar, en el arte de la convulsión, al ombligo de Shakira. Marea la colombiana, intérprete de la canción del Mun-dial. Hoy será uno de los atractivos de la final. Y no hace mala mezcla la música con el deporte. Hubo un tiempo en que la sintonía de la Vuelta invitaba a encender el televisor para seguir una etapa llana. El «pinchadiscos» de «La Roja» es Sergio Ramos, machaca «Paradise», de Alejandro Sanz. En su primera temporada, Guardiola encendía el ánimo de los jugadores con «Viva la vida», de Cold Play; en esta última ha optado por «Human», de The Killers. El fútbol agradece estas incursiones de la misma forma que huye de la política. El Mundial es el Mundial y todo lo demás, monsergas. Mezclar churras y merinas conduce al hastío. El fútbol es pasión y gloria, el infierno o el éxtasis, la selección con un país a cuestas. «Y la presión que sientes /Espera en ti, tu gente! /Ahora vamos por to-do /y te acompaña la suerte». Shakira y fútbol, el cóctel.