Si es o no invención moderna por Miguel Ángel ALMODÓVAR

Decía el poeta barroco y festivo Baltasar de Alcázar: «Si es o no invención moderna, vive Dios que no lo sé, pero delicada fue la invención de la taberna». Delicada y férrica, porque, hasta no hace mucho, los aportes nutricionales de hierro se realizaban con largueza en el aperitivo tabernario. Téngase en cuenta que la tapa de los establecimientos más populares era un platillo de sangre encebollada, producto que contiene 52 miligramos de hierro por cada cien gramos, frente a los siete de las muy alabadas lentejas, y que en los baretos de más fuste el pincho por excelencia eran los berberechos, con su carga de 24 miligramos por cada cien gramos, a lo que habría que añadir que siempre se acompañan de un generoso chorro de zumo de limón, lo que supone un plus de biodisponibilidad orgánica de ese hierro, en presencia de un medio ácido y de vitamina C. Dicho de otra forma, que menos suplementos y más aperitivo tradicional en taberna, que ello solo se alaba, no es menester alaballo.