Siria
El ocaso de una dinastía
Cuando un inexperto Bachar tomó las riendas del poder en 2000, muchos sirios vieron en él la esperanza del cambio. Educado en Occidente, el sucesor del autoritario Hafez Al Asad prometía traer refomas democráticas. Sin embargo, Bachar continuó con la misma política de puño de hierro. Pese a las ambiciones personales, intentos de asesinato y traición, cada uno de los miembros de la familia Asad, hermanos, tíos, primos y cuñados forman la compleja red de poder de Siria. A diferencia de otros dictaduras, el régimen sirio no está controlado por una sola persona, sino por todo el clan, cuya fortuna se estima en 45.000 millones de euros. Como dijo el multimillonario primo del presidente, Rami Makhlouf, las decisiones políticas se toman «de forma conjunta» y la familia «está dispuesta a luchar hasta el fin». Apenas se ha visto en público al dictador y es el clan el que aparece para defender al régimen. Así, el inestable y sanguinario coronel Maher es el organizador de las matanzas contra los opositores. El hermano menor de Bachar dirige la Guardia Presidencial, un cuerpo militar de élite, y es el jefe en la sombra de la Guardia Republicana, oficialmente bajo la dirección de un tío materno, Adnan Makhlouf. Adnan al Asad y Mohamed Al Asad, primos segundos, son jefes de milicias. Uno de los rumores que corren es que Asma, la esposa «rais», y sus tres hijos podrían haber huido a Reino Unido, lo que ha contribuido a fomentar la incertidumbre sobre el futuro de Bachar Al Asad.
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