España

Libros museos y un poco de turismo

Durante el día de ayer, la principal protagonista fue la procesión de La Soledad. Sin embargo, no todo fue devoción en el Sábado Santo. La lluvia dio un respiro a los madrileños y turistas que nos visitan durante estos días no lo desaprovecharon.

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Ayer se celebraba el Día del Libro en la capital y las calles se llenaron de puestos de libreros, instalados principalmente a lo largo de la Gran Vía y la calle del Carmen, con ejemplares a mitad de precio. Por ello, muchos aprovecharon estos descuentos para hacerse con el libro que andaban buscando, para ellos o para regalar a algún ser querido. La gente llenó las calles, las plazas y también los establecimientos de moda y restauración. Sin duda, esta semana ha sido muy productiva para los comerciantes, que vieron incrementadas sus ventas.

El ejemplo más claro fue la final de la Copa del Rey del pasado miércoles, ganada por el equipo merengue de la capital. Los aficionados al deporte rey se acercaron a las tiendas deportivas y compraron su camiseta del Real Madrid. De la misma forma, en las terrazas de los bares de la Plaza Mayor no cabía ni un alfiler. Los turistas hacían colas para poder sentarse mientras presenciaban las actuaciones de los músicos y artistas callejeros.
Pero ayer, en torno a las 18:00 horas, la Puerta del Sol se paralizó ante la presencia de La Soledad, una de las pocas procesiones que salieron en Madrid.

Cientos de personas acompañaron los pasos y los más devotos quedaron encantados al ver la imagen de Nuestra Señora de la Soledad. Grandes y pequeños disfrutaron con la misma emoción el redoble de los tambores que acompaña a la Virgen. Pero unos metros más lejos, un grupo de mariachis amenizaba el paseo de los madrileños frente a la estatua ecuestre de Carlos III y ante la atenta mirada de los presentes.

El tiempo acompañó a los turistas que visitaban en estas fechas la ciudad. Seguramente por ello, la emblemática Gran Vía se llenó de gente que buscaba la sombra de sus altos edificios, pero el sol asfixiante no fue un impedimento para nadie. Tras las tormentas que han marcado las vacaciones en la capital como ha sucedido en toda España, todo el mundo esperaba con ganas la vuelta del verano prematuro que se vivió a principios del mes de abril. Y así ocurrió. El tiempo fue propicio ayer por la tarde para pasear, visitar la ciudad, sus museos y calles.

Los madrileños aprovecharon el buen tiempo para conocer de primera mano el Palacio de Cibeles, inaugurado hace pocos días. En el exterior, algunos se sorprendían de la gran acera que habían habilitado para los viandantes. Y en su interior, la gente hacía largas colas para subir a los ascensores que llevan al nuevo mirador del Palacio de Comunicaciones. Todos los presentes, cámara en mano, inmortalizaron su visita cultural al edificio que también incluye alguna exposición temporal.

El resto de los museos situados en el Paseo del Arte acogió grandes grupos de turistas, que no desperdiciaron un minuto de sus vacaciones. La Semana Santa se despide en la capital tras jornadas de tristeza por las lluvias, que han impedido el desarrollo normal de sus procesiones. No obstante, ayer la primavera se asomó de nuevo a Madrid y dejó un adelanto de lo que se espera.