Historia

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«Se despidió de todos uno a uno nos agarraba las manos»

Lo vistió ya sin vida con la misma camiseta blanca, el mismo jersey de color azul e idéntico pantalón, también azul, con el que Seve afrontaba los domingos de campeonatos.

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Madrid- Fue un ritual casi sagrado para Baldomero Ballesteros, el hermano mayor, el primogénito que, abrazado a la emoción del momento, vistió por última vez al campeón de golf.
Baldomero desnudó el cuerpo ya sin vida de Seve con un mimo casi maternal, y lo vistió mientras se enjugaba las lágrimas que le caían por el rostro. «Se despidió de todos, uno a uno. Nos agarraba las manos, nos susurraba al oído. Yo le dije muy de cerca: te quiero. Y Seve me respondió: yo también te quiero», relata Baldomero.
El mayor de la familia advirtió el sábado la muerte de su querido hermano. «Él supo que moría, y lo hizo con total entereza», asegura a Efe Baldomero. «Se va algo más que un hermano o un hijo o un padre. Se va una gloria», relataba con la voz entrecortada por la congoja.
La tarde del viernes fue un aguijón envenenado que se clavaba en el alma de los Ballesteros. Allí, arremolinados sobre su cama de enfermo, sus más allegados familiares lloraban en silencio. «Le agarré las manos, las acaricié y pensé: ¡lo que han hecho estas manos en el mundo!».
Severiano dejó dicho cómo había de ser su despedida: en la más absoluta intimidad. «Nos lo dejó dicho todo». El funeral se celebrará el próximo miércoles, a partir de las 13:00 horas, en la Iglesia Parroquial de San Pedro de Pedreña. Luego, la familia depositará las cenizas en su casa, bajo el frescor de la verde hierba que le proporcionó tanta felicidad.