Nueva York
España y Rusia enzarzadas en una «guerra de espías»
Los dos agentes rusos expulsados de España fueron interceptados antes de poder contactar con sus objetivos.
MADRID-Los dos diplomáticos rusos que fueron «invitados» a abandonar España a finales de noviembre intentaron mantener contactos con empresarios y funcionarios que manejan información sensible. «Normalmente se les expulsa por ese tipo de actividades», dijeron a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto. En todo caso, estos intentos fueron abortados de raíz por la unidad de los servicios de información españoles especializada en misiones de contraespionaje.Ni el Gobierno español ni el ruso precisaron entonces, como ahora, los motivos de las expulsiones, ni si se podrían relacionar con el descubrimiento, a mediados de año, de una red de espionaje rusa en EE UU o con las revelaciones conocidas este mes a través de las filtraciones de la red Wikileaks.Como ya informó LA RAZÓN el pasado 10 de diciembre, la expulsión de los dos miembros de la embajada de Rusia en Madrid se realizó dentro del máximo secreto ya que, ni por parte española ni del lado ruso, se le quería dar un nivel de incidente, debido a los múltiples compromisos bilaterales que ambos gobiernos tienen previsto celebrar el próximo año. Ambos agentes fueron detectados por los servicios de información españoles que, entre sus funciones, se dedican a evitar actuaciones que puedan poner en peligro la seguridad nacional; o dejar al descubierto tecnologías, documentos o proyectos que, por su contenido, deben mantenerse en secreto. La probabilidad de una expulsión de diplomáticos españoles fue avanzada por este diario aquel mismo día, ya que es una medida habitual en estos casos.
Exteriores quita hierro
Desde el Ministerio que dirige Trinidad Jiménez se trató ayer de quitar hierro a la represalia rusa. El motivo es que nada empañe la agenda bilateral prevista para el año que viene, repleta de viajes y actos conmemorativos. Fuentes diplomáticas confirmaron a este periódico que se mantiene el viaje a Moscú de la ministra de Exteriores, previsto para el 16 de enero, y durante el que se reunirá con su homólogo, Serguéi Lavrov.
Tanto el presidente del Gobierno como Sus Majestades los Reyes efectuarán, asimismo, viajes oficiales para celebrar el Año de España en Rusia. Zapatero lo hará en el mes de junio para tomar parte en el Foro Económico de San Petersburgo.
Cabezas de turco
Exteriores considera que la expulsión «en reciprocidad» de Ignacio Cartagena y Borja Cortés-Bretón, de 33 y 36 años respectivamente, es una respuesta a la altura de la medida tomada por España contra dos funcionario de la Embajada rusa en Madrid y da por «zanjada» la trifulca diplomática. Los dos secretarios de embajada cuyo destino se ha visto abruptamente interrumpido habían ingresado en el cuerpo diplomático en 2004 y ésta sería su primera misión en el exterior.
Aunque desde el Ministerio de «Trini» se asegura que se tratará de ocupar los dos puestos que quedan vacantes en la legación española «lo antes posible», es más que evidente que el Kremlin no permitirá que tal cosa ocurra en el corto plazo. Según diversas fuentes, la restitución de los dos funcionarios «no será tan fácil».
Los dos españoles que han pagado por el momento los platos rotos eran los más jóvenes de la Embajada española, una legación en la que prestan servicio un total de 17 personas. El personal de la legación rusa en nuestro país asciende a 27 trabajadores. Este incidente, el más grave en la relaciones bilaterales en 33 años, es considerado «menor» por el Gobierno español, que no tiene intención alguna de actuar en consecuencia.
España y Rusia celebran en 2011 el «Año Dual» entre ambos países para fortalecer los vínculos políticos, económicos, culturales y sociales. El departamento que dirige Jiménez afirma que «todo el programa de actividades de este evento se mantiene como está previsto». Como suele ser habitual, el Ministerio de Exteriores ruso no hizo ningún comentario sobre el incidente. En cualquier caso, se mantiene el viaje previsto para la primavera del primer ministro ruso, Vladimir Putin, a España. También podría acudir el presidente, Dmitri Medvédev.
Escenas olvidadas desde la «guerra fría»
Los servicios secretos rusos están en el ojo del huracán desde hace meses, después de que fuera desmantelada la red de agentes «ilegales» que Moscú tenía en EE UU. La deserción de un coronel del Servicio de Espionaje Exterior (SVR), apellidado Scherbakov, provocó la detención de una decena de estos espías. En una escena que no se vivía desde la «guerra fría», fueron canjea dos, en el aeropuerto de Viena, por cuatro ciudadanos que estaban presos en Rusia. Los «ilegales» son agentes que viven perfectamente integrados en la población del país donde trabajan.
Otros casos
El escándalo Anna Chapman
Anna Kushchenko o Anna Chapman, supuesta empresaria rusa de 28 años con residencia en Nueva York, fue arrestada y expulsada de Estados Unidos el pasado mes de julio por formar parte de una red de espías. Chapman fue uno de los 10 agentes rusos que intercambió EE UU por cuatro espías occidentales en el mayor escándalo desde el fin de la Guerra Fría.
Flórez, agente doble
El incidente más grave ocurrido hasta la fecha entre España y Rusia fue la detención del agente del CNI Roberto Flórez, que trató de vender información a Moscú. El incidente no se saldó con ninguna expulsión ya que no se pudo probar que Flórez llegara a pasar «documentación secreta» a Rusia. El agente doble español cumple nueve años de cárcel.
Litvinenko y el polonio 210
El 1 de noviembre de 2006, tras reunirse en Londres con el hoy diputado ruso Lugovoi, el ex espía ruso Alenxander Litvinenko cayó enfermo. Murió el día 23 de ese mes debido a las altas dosis en su organismo de polonio 210, una sustancia radiactiva. Desde entonces, Londres suspendió la cooperación antiterrorista con Moscú.
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