Empar Moliner regresa a la novela con la historia de una «negra» editorial

BARCELONA- La escritora Empar Moliner ha tardado doce años en volver a la novela desde que ganara el Premi Josep Pla con «Feli, esthéticienne». Con «La col·laboradora» (Columna), Moliner narra las desventuras de una «negra» editorial, una escritora que se dedica a escribir libros de autoayuda para otros autores.
La narradora, que cambia de sello editorial con este libro, explicó ayer que la obra «no es una autobiografía, aunque tenía ganas de explicar cosas que conozco bien, como la alegría y la tragedia de la cocaína. Este es un libro que quiere ser serio, pero no como una comedia trágica porque allí las cosas acaban bien y éste no es el caso. Hablo de una mujer que trabaja como "negra"editorial y no lo oculta. Le gustaría ser escritora, pero no soporta a los impostores que lo son».
La novela, que será publicada próximamente en castellano por Espasa, devuelve a Moliner a un género «con el que sufro porque en ocasiones me falta la fe, de saber qué argumento vale la pena. Por eso los cuentos son mucho más fáciles». La autora se confesó admiradora de Dorothy Parker, Cheever y, sobre todo, Bukowski, «autores que siempre contienen en sus historias a un narrador frío».
En «La col·laboradora» aparecen terrenos por los que Moliner se ha movido, como los platós de la pequeña pantalla. «Veo cada día la televisión y me he dado cuenta que es un mundo espectacularmente tópico. Los tertualianos se repiten mucho. Yo prefiero los personajes con peso por ellos mismos», afirmó.
Tampoco ha querido que la historia narrada dé como final «una novela trepidante. No me gustan. Las historias que van directamente al grano no me atraen. Prefiero cuando se pierde el tiempo en detalles porque para mi la forma lo es todo en un libro».