Sevilla
Coincidirán Cayetana y Preysler en Escocia por Jesús MARIÑAS
Sus íntimas hace meses que conocían este nuevo proyecto de la duquesa de Alba para visitar las tierras altas. Aunque no van por ahí los tiros de un viaje al que la acompañarían Eugenia y su pequeña, sin embargo la proximidad del curso escolar podría trastocar los planes. Sería una lástima porque quizá la duquesa coincidirá con Isabel Preysler quien también planea ir con los ladrilleros de Castellón donde parece haber causado baja Enrique Quílez, un RR PP. Hablan de una operación de derribo propiciada por un andaluz tronado que tiene una agencia de prensa encargada de difundir la expansión de Porcelanosa. Cayetana, por su parte, sería la invitada de su «sobrino» el príncipe Charles.
Todo está listo, Cayetana a punto de dejar Ibiza y dispuesta a entusiasmarse con la goyesca rondeña donde nunca falta. El 22 estaba previsto que Sevilla inaugurase un monumento que le plantan cerca del Hotel Cristina. No obstante, han surgido problemas con el remate de la obra y posponen el descubrimiento. Será ocasión para que la duquesa entretenga parte del otoño haciendo reportajes en sus dispares palacios –Monterrey, Dueñas, Liria–, animada por Naty Abascal que trabajará para una editorial alemana. No se entiende que el conde de Siruela, experto en este tipo de ediciones, le deje sustraer así parte de su Ppatrimonio. «Naty lo hará de maravilla, me gusta mucho cómo trabaja», han oído comentar a Cayetana.
Me aseguran que Ana María Medinaceli, marquesa de Navahermosa y condesa de Ofalia, anda molesta y sorprendida porque le han dicho que «en la boda de Medina, nada de pequeños». Parece un veto, acaso impuesto para que todo resulte solemne y ceremonioso. Aunque no deja de chocar, casi tanto como el posible, no imposible encuentro Cayetana-Preysler-Eugenita, tratándose de sangre de su sangre. Tras cambiar el enlace de Sevilla a Toledo con un pretexto pueril, ya que existiendo exclusiva de por medio, la nobleza no obliga, o tal parece. Bien está mantener orden, concierto, apariencias. Pero sin jorobar a los peques y, de rebote, a sus mayores, que andan tan ofendidos como me aseguran que lo está la Navahermosa, que siempre fue adalid no sólo de su hermano, «el pobre Rafael», sino que defendió y protegió a sus sobrinos Rafael y Luis ante ciertos agravios, desprecios o marginación sobre el recién fallecido el duque de Feria. Un jarro de agua fría. Cómo está la aristocracia. Seguro que Rafael ni se ha enterado.
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