Bruselas
Jenaro Castro: «Mi conciencia periodística está tranquila»
En 23 años en TVE ha pasado por distintos espacios y franjas horarias
Jenaro Castro es en TVE lo que se conoce como un hombre de la casa. Lleva más de 20 años en la televisión pública y ha pasado por diferentes programas informativos. Ahora dirige «Semanal 24 horas»
-Un informativo semanal en el Canal 24 horas ¿en qué se diferencia de otros informativos?
-Formalmente en la periodicidad. Pero como programa informativo, «Semanal 24 horas» ejerce la vocación de resumen semanal con formato de telediario. El objetivo periodístico es el análisis de la actualidad desde el enfoque imparcial, sin renunciar al equilibrio y al toque personal.
-¿Qué criterios se utilizan para resumir en unos minutos lo sucedido en 7 días?
-El criterio lógico de la importancia de las noticias, siempre con la voluntad de aportar una lectura complementaria a los telediarios. A veces se impone la sucesión cronológica en la evolución de la noticia, que es muy reveladora. Otras, el peso puro y duro de la información.
-Ha trabajado en espacios matinales, ha presentado telediarios en todas las franjas horarias. ¿En algún momento desde que llegó al Canal 24 horas ha echado de menos La 1?
-«Semanal 24 horas» también se emite en La 1 a las 6 de la mañana, los sábados. Siempre he dicho que merecen el mismo respeto 200.000 espectadores que 3 millones. Siempre hay alguien que te ve, y por lo tanto da igual la franja o el canal.
-¿Le da tranquilidad estar menos expuesto a las audiencias en su programa que en los telediarios, por ejemplo?
-Para mí la responsabilidad es la misma por exigencia personal y porque somos televisión pública. La certeza de que los años nos han puesto muchos retos no deja lugar a la relajación. Las audiencias nunca se deben menospreciar pero tampoco interpretar como premio o castigo, si el trabajo es honesto.
-Lleva muchos años, 23, en TVE ¿cómo ha visto cambiar la casa?
-Pues la he visto cambiar con resignación y escaso espanto. Al final, como dice la canción, pasa la vida y pasan los programas, los años, los profesionales y la alternancia. El reloj corre para todos, pero yo sigo creyendo en RTVE, en el medio público como vertebrador de la conviviencia y garante democrático.
-¿Y el periodismo, en general?
-La evolución tecnológica y la crisis son aspectos socioeconómicos a los que no escapa el periodismo. Hoy, el periodismo es global, menos artesanal y más expuesto a la dictadura universal de las audiencias, a la presión de los distintos poderes y a la disciplina de la política, las necesidades sociales y los estados.
-¿De qué cree que carecen actualmente los informativos de las diferentes televisiones?
-Sinceramente creo que España tiene informativos 10. Pero en los grandes informativos diarios de «prime time» hay escasez de análisis y opinión por la urgencia de la inmediatez. En todo caso, esos dos ingredientes se solapan de forma subliminal a menudo en el ordenamiento y enfoque de las noticias.
-¿Qué le parece la decisión y rectificación del Consejo de Administración sobre el acceso a los contenidos de los Telediarios?
-Contesto con tres principios que hay que tener siempre presentes en periodismo: imparcialidad, neutralidad y transparencia. Pero por y para todos.
-La televisión pública se convierte a menudo en punto de mira. ¿Se siente aludido como profesional o considera que las críticas se vierten hacia la organización y no hacia los profesionales?
-Ni en polémicas anteriores ni en las actuales me he sentido aludido. La jerarquía no es la tropa, y el tiempo hace justicia con quienes de verdad realizan un trabajo honesto. La presión y el sistema condicionan. Pero mi conciencia periodística, antes y ahora, está muy tranquila.
-¿Qué opinión le merece que RTVE no tenga un presidente nombrado desde la salida de Oliart y que varios consejeros lleven más de un año sin ser renovados?
-No me corresponde ese juicio. El consejo de administración de RTVE, el Congreso, los partidos políticos y Bruselas saben perfectamente cuáles son las necesidades legales, económicas y profesionales de RTVE tras el cambio de la ley y la supresión de la publicidad. Tras el horizonte electoral se impone una reflexión profunda sobre el modelo de medios públicos que necesita España.
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