Arquitectura

El urbanismo de «altos vuelos» se desinfla

El «barrio» Heineken o la Torre Sevilla son algunos de los proyectos «megalómanos» nonatos de la era Monteseirín. 

La Razón
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SEVILLA- Hubo un tiempo, alrededor del año 2005, en que Alfredo Sánchez Monteseirín (alcalde ya desde 1999) dio rienda suelta a lo que muchos han llamado «su megalomanía», sacando a la luz proyectos sin precedentes en Sevilla que la ligarían finalmente a «la modernidad». Grandes construcciones a cargo de grandes nombres, arquitectos archipremiados y de fama mundial. Muchos de esas ideas han caído víctimas de la crisis o de la falta de fondos, otros se han topado con serios problemas (Metropol Parasol) y la oposición de grandes capas sociales (Biblioteca del Prado).

UN BARRIO «DE DISEÑO»

Si había un proyecto llamado a marcar un antes y un después en la imagen urbana de Sevilla ese era el de los terrenos de la antigua factoría de Cruzcampo. A un paso de la zona comercial de Nervión, el Ayuntamiento diseñó sobre el papel todo un barrio «de firma». Aunque la operación para disponer del terreno estaba en el aire, el alcalde no dudó en fotografiarse desde el balcón de la casa Consistorial con cuatro grandes: Norman Foster, Jean Nouvel, Arata Isozaki y Guillermo Vázquez Consuegra. Eran los tiempos de la «burbuja» y el optimismo era la norma. Nadie reparaba en las arcas. Mandaba el cueste lo que cueste. Monteseirín no volvió a hablar del asunto y en febrero de este año, la promotora inmobiliaria Urvasco, que adquirió los suelos a la empresa cervecera tras su recalificación, se vio obligada a entregarlos a los bancos que le prestaron el dinero. La crisis da la puntilla a un proyecto muerto antes de nacer.

EL SEGUNDO RASCACIELOS


Nadie se acuerda de Torre Sevilla, aunque estaba destinada a ser el segundo rascacielos de la capital. Al calor de la Torre Cajasol (de más de 170 metros de altura), el Grupo Alar lanzó en 2006 su órdago: un edificio de 20 plantas en el acceso sur de la ciudad, en los antiguos terrenos de la Maestranza, en Bellavista. Sin embargo, el proyecto cayó rápidamente en el olvido y, a día de hoy, se da por zanjado. Este caso es paradigmático de la caída de la inversión privada, mientras que la Torre Pelli, con el respaldo de la entidad Cajasol, continúa adelante con su polémico proyecto.

CIUDADES EN «STAND BY»

Numerosos proyectos tematizados «vendidos» durante años por el alcalde han sucumbido al marasmo. Entre ellos, se hallan complejos tan importantes y vitales para la capital como la Ciudad de la Justicia. El gran centro comercial de la Ciudad de la Imagen o la del Caballo también siguen en «stand by» y el Ayuntamiento, que prometió una rimbombante Ciudad del Baloncesto para el Mundial 2014, se conforma al cabo con adecuar San Pablo.

UNA MACRO-MEZQUITA

La mezquita de Los Bermejales aspiraba a ocupar un solar de 6.000 metros cuadrados. Su minarete debía medir hasta 30 metros. Los vecinos y la Justicia tumbaron un proyecto respaldado por el Ayuntamiento que la crisis ha rematado hasta nuevo aviso.