Los sacrificios de Torres

No podía fallar a su familia, ni desperdiciar los sacrificios que hizo para llegar hasta allí. Para llegar y caer en el último metro. Porque al final del partido, se lesionó, quedó tendido en el suelo llevándose la mano al muslo. Una resonancia magnética le anunció ayer que sufre una rotura en el aductor de la pierna derecha. El delantero, que puede dejar de pertenecer al Liverpool en los próximos días, estará tres semanas de baja. Pasará las vacaciones recuperándose de su lesión. Algo que no es nuevo para él.Cuando se lesionó el pasado mes de abril ya supo que una operación y mucho trabajo eran sus únicas posibilidades de llegar a tiempo al Mundial. Se cruzó media Europa en coche, de Liverpool a Vigo, por carretera para comenzar su recuperación. Las instalaciones del Celta en A Madroa le sirvieron como campo de entrenamiento para fortalecer su rodilla lesionada. Allí, su trabajo de rehabilitación estaba supervisado por el doctor Cota, uno de los médicos de la selección.Después se marchó a Santiago de Compostela y fue el «Compos» el que lo acogió en su casa para que siguiera recuperándose. El jugador agradeció a José María Caneda, el eterno presidente del club, y a sus empleados, la colaboración para que pudiera estar en Suráfrica.Allí estuvo y, aunque su trabajo no fue demasiado agradecido, todos reconocen sus importancia. Sus compañeros, como Villa, y los que le conocen desde pequeño. «No se le ha visto mucho, pero ha hecho un trabajo muy bueno», reconoce Ginés Meléndez, el seleccionador sub'17. Ginés es uno de los «culpables» de que Fernando sea junto a Andrés Iniesta, el único futbolista español que ha sido campeón de Europa sub ‘17, sub'19 y absoluto, además de campeón del mundo. Todas las finales acabaron 1-0 con gol suyo. Menos la última. Le tocaba a su amigo Iniesta.