Sevilla

Sólo puede quedar uno

Tomás Gómez y Pilar Sánchez-Acera, que se disputarán la dirección del PSM en el congreso regional, ya han iniciado su guerra dialéctica

Sólo puede quedar uno
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MADRID- La presentación de una candidatura alternativa a la del secretario general no hizo más que evidenciar de nuevo ayer que en la federación socialista madrileña hay mucho más que una fractura profunda entre ganadores y perdedores del congreso federal que el PSOE celebró en Sevilla hace dos fines de semana. El partido socialista de Madrid (PSM) celebrará su particular guerra civil el primer fin de semana de marzo en una cita, el 12º Congreso Regional, que no promete ser precisamente un bálsamo para las heridas de la militancia madrileña. Pilar Sánchez-Acera, ex diputada regional y ex edil de Alcobendas, aseguró ayer en su «puesta de largo» que quiere un cambio para el partido en Madrid. Tomás Gómez, líder de la federación desde 2007, reconoció por su parte –por primera vez desde su derrota en las elecciones de mayo– el distanciamiento de los socialistas con los ciudadanos en los últimos años.

La necesidad de poner un punto y final en la fricción abierta entre los miembros del PSOE en la región y los madrileños es, por ahora, el único punto en común entre los dos únicos militantes del PSM que han hecho ya públicas sus intenciones de optar a la dirección del partido. Por lo demás todo son divergencias y declaraciones en las que, sin hablar explícitamente de los puntos flacos de su rival, uno y otro trataron ayer en sus comparecencias sumar un voto más a su cuenta de apoyos.

El embiste de la «vieja guardia»
Él, durante un acto público en Fuenlabrada, ni siquiera quiso hacer referencia a la existencia de una rival para el congreso en el que se jugará el puesto como líder del PSM. Ella, flanqueada por Manuel Robles, el alcalde del único bastión que le queda a los socialistas en la Comunidad –entre otros miembros de la «vieja guardia» como Pedro Castro o Ruth Porta–, aseguró veladamente en su presentación en la agrupación de Centro que Gómez se ha esforzado en dividir el partido desde su llegada a la Secretaría General y recalcó que se presenta por «una cuestión de credibilidad».

tro de los puntos en los que «tomasistas» y «alternativos» dejaron ver sus diferencias fue en la procedencia de la candidata de los segundos. Pilar Sánchez-Acera se esforzó en explicar que es una militante de Madrid, que ha sido en la región dónde ha desarrollado su carrera política y que no viene de Ferraz, por lo que no se identifica con la imagen del paracaidista; sin embargo, un miembro del círculo de Gómez recordó que la ex parlamentaria en la Asamblea abandera la misma propuesta que empleó el flamante secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, en el 30º Congreso Federal: el del «proyecto intergeneracional». Por su parte, Sánchez-Acera, quien precisamente acudió a la cita socialista en Sevilla en calidad de «número dos» de la lista pro-Rubalcaba en la región, aseguró que su proyecto será el de un PSM «fuerte» y «unido» con un discurso «conocido, reconocible y –aquí está el talón de Aquiles de los de Gómez– compartido».

«Hay que decir las cosas con claridad y transparencia: yo no voté a Rubalcaba, pero a partir de ahí la decisión democrática y mayoritaria es mi dirección política», aseguró Gómez en Fuenlabrada contradiciendo sus declaraciones tras conocerse el resultado del cónclave federal. Ahora, como novedad, el líder del PSM ha recuperado su discurso de «unidad» y pidió el respaldo de «todo el partido» para quien salga elegido en el congreso regional.

Tampoco se pone de acuerdo las familia socialista en el perfil que quiere para su secretario general. Así, mientras los de Acera destacan que su candidata trabaja en una entidad bancaria y que precisamente su valía reside en que no se gana la vida con la política porque «es una profesional independiente», acérrimos defensores del actual líder del PSM destacaron la exclusividad de Gómez con el partido y su carrera en la política municipal antes de acceder a la Asamblea como diputado, como su principal valía.

Guerra de apoyos.
Al margen de candidatos, las dos candidaturas en liza se ven ya vencedoras en la cita que les enfrentará los días 2, 3 y 4 de marzo. La «alternativa» trabaja con cifras que les darían hasta un 47 por ciento de apoyos de cara al 12º Congreso Regional; los de la candidatura del aparato autonómico, sin embargo, se agarran a los porcentajes con los que saldaron las elecciones de delegados del pasado fin de semana: «Obtuvimos mayoría en casi todas las agrupaciones de peso, la militancia está con la actual dirección del PSM», señalaron los de Gómez.
Separados en el fondo, pero unidos en la forma. A pesar de sus diferencias, ambos candidatos coincidirán hoy en la manifestación convocada por los sindicatos contra la reforma laboral.


El regreso de la guerra de familias
Ni siquiera entre los críticos con la gestión de Tomás Gómez hay unanimidad con el nombramiento de Pilar Sánchez-Acera. La elección de la ex diputada como líder de la «alternativa» a Tomás Gómez al frente del PSM ha reavivado un fuego que el actual secretario general se ha encargado de apagar estos años. Sí, en el congreso regional votarán a Acera, pero, ¿a qué precio? Fuentes del PSM consultadas por este periódico aseguraron ayer que pasado el dilema del candidato ahora la cuestión es reivindicar cuotas, si es que la que fuera «número dos» en la lista de apoyo a Rubalcaba obtiene la victoria. «Guerristas», «simanquistas»... Todos quieren que sus integrantes sean mayoría en la ejecutiva de Sánchez-Acera. Unidos por su deseo de sacar a Tomás Gómez de Callao, su cordialidad es sólo de cara a la galería; las continuas llamadas entre unas y otras familias dicen otra cosa.